Cuando ganó el mandato, el 27 de abril de 1994, muy pocos creían que los negros y los blancos podían vivir juntos en ese país, donde aún persisten las diferencias sociales heredadas del Apartheid.
Llamado cariñosamente “Madiba” por los sudafricanos, Mandela tomó posesión de la presidencia el 10 de mayo de 1994, durante una ceremonia en la que dijo:”Nunca. Nunca jamás volverá a suceder que esta hermosa tierra experimente de nuevo la opresión de los unos sobre los otros”.
Mandela, del Congreso Nacional Africano (ACN), triunfó en las elecciones presidenciales con 63 % de los votos, mientras que Frederick De Klerk, del Partido Nacional, obtuvo 20% y el partido Inkatha 10%.
Tenía 72 años y se había convertido en el primer presidente negro de Sudáfrica luego de permanecer 27 años preso en la cárcel de Long Island por su lucha contra el Apartheid, sistema de discriminación racial.
Al asumir la Presidencia, para un periodo de cinco años, renunció a la tercera parte de su salario y creó el Fondo Nelson Mandela para la Infancia, lo que mejoró la situación de la clase media negra pero resultó insuficiente para poner fin a la desigualdad social.
Durante su gobierno desarrolló la vivienda, la educación y la economía con el objeto de mejorar la calidad de vida de la mayoría de sudafricanos.
Mandela ganó el Premio Nobel de la Paz en 1993
También puso en marcha una reforma agraria que todavía avanza más lento de lo previsto, según informes de prensa.
La ley de reforma agraria reemplazó a otra que protegió a los granjeros blancos que gozaron del poder desde 1948 hasta 1991, forzando la separación de razas mediante el Apartheid. Por ese motivo, los negros solo poseían el 14% de la tierra.
En la actualidad, el gobierno de Jacob Zuma busca transferir el 30% de las tierras a los sudafricanos negros en 2014.
Dos décadas después de llegar la democracia, los antiguos guetos del Apartheid luchan para que gran parte de su población deje de vivir en la precariedad.
Según declaró recientemente el presidente sudafricano, sobre una población de 52 millones de personas, un 13% sigue viviendo en casas precarias, sin agua corriente ni electricidad.
En el plano internacional, Mandela tuvo un rol destacado en las conversaciones entre Estados Unidos, Reino Unido y Libia por la rendición de los dos hombres responsables del atentado de Lockerbie, ocurrido en 1988, que causó 270 personas muertos, entre otros asuntos externos.
Fue condecorado con la Medalla de Oro el Congreso estadounidense, “no solo por los 10.000 largos días” que pasó en prisión, sino por su brillante ejemplo como líder político tras su liberación, dijo el expresidente Bill Clinton.
Durante su gobierno desarrolló la vivienda, la educación y la economía con el objeto de mejorar la calidad de vida de la mayoría de sudafricanos
En 1999, durante los últimos días de su Presidencia, entregó gradualmente el gobierno del país a su sucesor, Thabo Mbeki, quien fue luego reelegido.
En un discurso de despedida, Mandeja dijo: “Los sudafricanos de todos los estratos superaron las divisiones que databan de hace siglos y evitaron un baño de sangre que muchos observadores creían inevitable, de tal suerte que nuestra suave transición fue considerada en general como un milagro”.
En una entrevista con el sitio digital World Post, difundida por el estadounidense The Christian Science Monitor, la escritora sudafricana Nadime Gordimer, Premio Nobel de Literatura en 1991, señaló: “Yo no creo que Mandela le dio romanticismo a Sudáfrica”.
“Por otra parte, Mandela era una dominante figura que raramente es vista en la historia. Creo que se volvió fuerte contra el Apartheid sin preocuparse de su propia seguridad”, afirmó.
Gordimer, cuya última novela “Ningún tiempo como el presente” fue publicada en 2012, dijo que Mandela “estaba concentrado en una realidad que no podía cambiar hasta liberarse del Apartheid”.
“Mandela dedicó su vida a eso. Y lo consiguió en 1994 cuando todos nosotros tuvimos esa experiencia maravillosa”, afirmó la celebrada escritora.
“Pero ahora nosotros tenemos mucha desilusión en Sudáfrica, y el problema principal es la corrupción: los políticos codiciosos consiguen cuidar su propio confort, seguridad y lujo, en muchos casos con dinero público”, dijo Gordimer.
Entre otras frases que lo convirtieron en uno de los líderes más inteligentes del pasado siglo XX, Mandela afirmó en una oportunidad:”La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.
Al igual que De Klerk, Mandela ganó el Premio Nobel de la Paz en 1993.
Hoy, Sudáfrica -primer productor mundial de platino y tercero en oro- forma parte junto con China, Brasil, Rusia e India del llamado grupo BRICS, formado por economías emergentes. Su tasa anual de desempleo es de 24,15%, según el sitio web Trading economics.
Veinte años después de que Mandela ganara las elecciones presidenciales, los sudafricanos se aprestan a ir a las urnas el próximo 7 de mayo, en las que el presidente Zuma buscará su reelección.
Será la primera vez que el Congreso Nacional Africano (ANC) concurrirá a unos comicios sin el apoyo del líder que luchó por la democracia en Sudáfrica.
Hace 20 años Nelson Mandela se convertía en el primer presidente negro de Sudáfrica Anunciate GRATIS en nuestros clasificados
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