viernes, 25 de julio de 2014

La "artista de la vagina" insiste en que su obra no es "obscena"

Conocida bajo el alias de Rokudenashi-ko (“chica mala”), la  escultora e ilustradora de 42 años puso en marcha una iniciativa de “crowdfunding” (financiación colectiva) en la red con objeto de recaudar fondos para construir un “kayak” en forma de aparato reproductor femenino, informa EFE.

La artista les enviaba a los donantes un enlace que garantizaba el acceso a datos digitales que permitirían reproducir sus genitales con una impresora en tres dimensiones, por lo que la policía nipona la detuvo el pasado 13 de julio bajo la acusación de violar la ley que prohíbe en Japón la distribución de material “obsceno”.

En una conferencia de prensa celebrada hoy en Tokio, la artista consideró que su arte, al que ha bautizado “deco-man” (contracción de un término que en japonés significaría “vagina decorada”), “no va a perjudicar a la sociedad japonesa y no viola la ley contra obscenidad”.


De ser declarada culpable, Igarashi podría ser condenada a una pena de hasta dos años de prisión o multada con 2,5 millones de yenes (18.260 euros o 24.600 dólares)


“La vagina es parte importante del cuerpo de las mujeres y está relacionada, por ejemplo, con el parto o la menstruación. Mi obra tiene mucho éxito entre mujeres. Las mujeres tenemos muy pocas oportunidades de pensar en esta parte del cuerpo”, defendió Igarashi.

La escultora, cuya obra y detención han atraído la atención de medios de todo el mundo, también confesó que hace años sometió esta parte de su cuerpo a una operación estética que después lamentaría.

“Pensé que mi vagina era rara, y al final me di cuenta de que era lo más natural del mundo y que no tenía nada de raro”, admitió.

También detalló la dureza con la que fue tratada durante su detención: “Aunque no tenían claro si era o no una criminal, me trataron como si lo fuera”, relató Igarashi, que estuvo esposada en varias ocasiones y a la que solo se le permitió el aseo corporal dos veces en los seis días que estuvo presa.

La escultora admitió que teme volver a ser detenida y procesada.

De ser declarada culpable, Igarashi podría ser condenada a una pena de hasta dos años de prisión o multada con 2,5 millones de yenes (18.260 euros o 24.600 dólares). 



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