Se trata de la medida más concreta tomada por el máximo órgano de decisión de Naciones Unidas frente al avance de los grupos Estdo Islámico (EI) y el Frente Al Nusra que controlan gran parte de territorio en Irak y Siria, y son acusados de cometer atrocidades.
La resolución, propuesta por Reino Unido, agregó los nombres de seis extremistas, sometidos a sanciones internacionales por sus vínculos con la red Al Qaeda, por ser responsables de financiar a los grupos Estado Islámico (EI) y al Frente al Nusra, que operan en Irak y también en Siria, informó la agencia de noticias EFE.
Los sancionados hoy, de varias nacionalidades, tendrán desde ahora sus activos congelados y no podrán viajar al extranjero.
Asimismo, la resolución del Consejo de Seguridad advirtió con tomar medidas contra cualquier individuo u organización que preste apoyo a esos grupos, reclutando miembros a través de Internet, y a aquellos que financian sus operaciones o les facilitan armas.
Los 15 países que integran el consejo resolvieron pedira a expertos de Naciones Unidas la elaboración en un plazo de 90 días de un informe sobre la amenaza que plantea el EI y sus fuentes de financiación y de armas, junto a recomendaciones sobre cómo frenar su avance para tomar nuevas medidas.
El Consejo de Seguridad condenó “en los términos más enérgicos los actos terroristas” del EI, así como su “ideología extremista violenta”, la matanza indiscriminada de civiles y los ataques deliberados contra ellos, las ejecuciones en masa y la persecución de personas y comunidades enteras por motivos religiosos.
Si bien el consejo adoptó previamente comunicados condenando la ofensiva islamita en Irak, esta resolución constituye el primer intento de una respuesta más amplia, aunque emitida dos meses después de que los combatientes rebeldes tomaran el control de Mosul, la principal ciudad del norte y la segunda de Irak.
Luego del avance de los yihadistas sobre otras ciudades, Estados Unidos decidió lanzar bombardeos y enviar vuelos de suministro con cargas de alimentos y agua para ayudar a decenas de miles de civiles que huían de la zona.
Los ataques marcaron la reanudación de la intervención militar de Estados Unidos en Irak después de que el presidente Barak Obama ordenó el fin de la misión de combate y el retorno de las tropas norteamericanas a su país, a fines de 2011, tras ocho años del inicio de la invasión de 2003 para derrocar a Saddam Hussein.
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