martes, 19 de agosto de 2014

Movilizan a la Guardia Nacional para frenar la violencia desatada en Missouri tras un crimen racista

Soldados de la Guardia Nacional estadounidense fueron desplegados en una localidad del estado de Missouri para intentar detener violentas protestas desatadas por la muerte de un adolescente negro desarmado que recibió varios disparos efectuados por un policía blanco.

En la Casa Blanca, el presidente Barack Obama, el primer mandatario negro de Estados Unidos, dijo hoy que pidió a Nixon un uso “limitado” de la Guardia Nacional para sofocar las protestas en Ferguson, una localidad de mayoría afroamericana ubicada en el noreste de Missouri, en el condado de St. Louis.

“Los próximos días estaré observando para evaluar si (la Guardia Nacional) realmente ayuda y no entorpece el progreso en Ferguson”, dijo Obama a periodistas, urgiendo a manifestantes y fuerzas del orden a mantener la calma e insistiendo en que no hay “ninguna excusa” para el uso excesivo de la fuerza ni para el “vandalismo”.

En la misma intervención, el mandatario anunció que mañana enviará a Ferguson a su fiscal general, Eric Holder, para investigar las circunstancias en que ocurrió la muerte de Brown, cuya familia denuncia como un caso de gatillo fácil con tintes racistas.

Brown fue muerto el 9 de agosto pasado a plena luz del día en una zona residencial de Ferguson por Darren Wilson, un policía blanco de 28 años. 

Un ex patólogo contratado por la familia de Brown que hizo una autopsia privada a su cuerpo dijo hoy que el adolescente recibió seis disparos, dos de ellos en la cabeza. Funcionarios locales aún no han revelado los hallazgos de su propia autopsia oficial.

“No hay excusas para el uso excesivo de la fuerza por la policía (…) La mayoría de las protestas son pacíficas, pero hay una minoría que no lo son”, indicó el demócrata Obama en la Casa Blanca, citado por la agencia de noticias CNN.

Una vez más, el presidente volvió a insistir en la importancia de “construir y no destruir, escuchar y no solo gritar”, aunque por primera vez desde la muerte de Brown se refirió a las tensiones raciales y a las quejas de discriminación de los afroamericanos de Ferguson, un tema del que había evitado hablar directamente.

El presidente, midiendo claramente sus palabras, reconoció que “en muchas comunidades del país existe un espacio de desconfianza entre los residentes y la policía (…) muchos jóvenes de color quedan atrás y son solo vistos como elementos de miedo”.

En Missouri, el gobernador Nixon, un demócrata que ya había relevado a la Policía local reemplazándola por la Patrulla de Carreteras estatal, dijo que tomó la decisión de desplegar a la Guardia Nacional en Ferguson para proteger a sus ciudadanos.

“Hoy no usaremos un toque de queda nocturno”, agregó Nixon en un comunicado, luego de dos días en que la orden de que los residentes no salieran de sus casas después de la medianoche no logró impedir disturbios y enfrentamientos entre jóvenes negros y policías fuertemente armados.

El gobernador condenó “los tiroteos contra las fuerzas de seguridad y los civiles así como el lanzamiento de cocteles molotov, los saqueos y los intentos de bloquear carreteras y asaltar el puesto de mando unificado”.

Este domingo por la noche, al menos dos personas sufrieron heridas de bala y siete fueron detenidas en otra madrugada de disturbios, según informó hoy en rueda de prensa el capitán Ron Johnson, de la Patrulla de Carreteras de Missouri, quien precisó que los disparos procedieron de los manifestantes.

También hoy, abogados de la familia Brown presentaron a periodistas a un reputado ex patólogo de Nueva York que examinó el cuerpo del adolescente y halló seis impactos de bala.

“Lo alcanzaron seis balas”, dijo Michael Baden, mostrando en un diagrama cómo las balas golpearon el cráneo de Brown, uno de sus ojos y su brazo y mano derechas.

“Podría haber sobrevivido a todas las heridas de bala, excepto a la de la cabeza”, agregó.

Baden señaló que no encontró evidencia de un supuesto forcejeo entre Brown y el oficial, de quien se dice que resultó herido en el incidente, aunque aclaró que no examinó a Wilson.

La ausencia de pólvora en el cuerpo de Brown indica que los disparos no se hicieron desde una distancia necesariamente corta, añadió.

Imágenes de cámaras de seguridad difundidas por la policía parecieron mostrar a Brown empujando a un empleado de una tienda luego de arrebatar un atado de cigarrillos media hora antes de que fue baleado.

Pero no está claro cómo se produjo su encuentro mortal con Wilson. Fuentes policiales dijeron que hubo un forcejeo entre ambos, pero testigos dijeron que no se resitió cuando el policía le disparó.

El fiscal Holder ordenó que personal médico federal realice una segunda autopsia al cuerpo del joven, “debido a las circunstancias extraordinarias que rodean el caso y a petición de la familia de Brown”, según informó ayer el Departamento de Justicia.

El abogado de la familia, Anthony Gray, consideró esta acción una señal “alentadora” de que la investigación independiente está avanzando “y eso es lo que la familia quería”.



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