martes, 3 de diciembre de 2013

El gobierno ucraniano sortea una moción de censura por mayoría

La moción de censura fue presentada en protesta por la decisión del presidente Viktor Yanukovich de no firmar un muy anticipado acuerdo para profundizar los lazos políticos y económicos con la Unión Europea (UE) y por la represión policial de manifestaciones contra esa resolución.


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La disputa logró sacar a multitudes de hasta 300.000 personas a las calles de Kiev, en las demostraciones de malestar público más multitudinarias desde la Revolución Naranja de 2004, cuando los sectores contrarios a la influencia de Rusia en Ucrania lograron revertir una cuestionada victoria electoral de Yanukovich.


La moción, presentada por tres grupos parlamentarios opositores, obtuvo el respaldo de sólo 186 legisladores en la Rada Suprema (Parlamento), 40 menos que los necesarios. Incluso si hubiese sido aprobada, Yanukovich habría seguido en su cargo, pero el primer ministro y todo el gabinete tendrían que haber dimitido.


La moción de censura fue presentada en protesta por la decisión del presidente Viktor Yanukovich de no firmar un muy anticipado acuerdo para profundizar los lazos políticos y económicos con la UE


Antes de la votación, el premier Nikolai Azarov, quien concurrió a la Rada acompañado de sus ministros, pidió disculpas en nombre del gobierno por el uso de la fuerza durante todo el fin de semana contra los manifestantes antigubernamentales, represión que le costó el puesto al jefe de Policía.


“Tanto el presidente como el gobierno lamentan profundamente que eso haya ocurrido”, dijo Azarov ante un Parlamento que era un hervidero, con incesantes cantos de “¡Vergüenza!” y “¡Renuncia!” que bajaban desde los sectores del recinto ocupados por la oposición.


Pero defendió la gestión gubernamental, denunció el asedio de la sede del gobierno y otros edificios clave por parte de miles de manifestantes y advirtió a los líderes opositores que las autoridades están listas para hacer cumplir la ley.


“Estamos abiertos al diálogo. Les hemos extendido nuestra mano, pero si encontramos un puño, seré franco, tenemos suficiente fuerza” para reprimir, señaló, citado por la cadena CNN.


A su turno, Vitali Klitschko, el excampeón de boxeo y líder del partido opositor Udar, prometió que las protestas continuarán.


“Vamos a bloquear pacíficamente el edificio del gobierno y no los vamos a dejar trabajar”, dijo ante manifestantes congregados en la plaza de la Independencia luego de la sesión en el Parlamento.


Durante la votación, varios miles de manifestantes se congregaron frente a la sede del Legislativo, que estaba barricado y rodeado por furgonetas blancas de la policía y agentes antimotines.


Luego de fracasar la moción, la oposición urgió a los ucranianos a seguir con las manifestaciones, y unas 5.000 personas se reunieron ante la oficina de Yanukovich para exigir que disuelva el gobierno por decreto y convoque elecciones anticipadas.


La multitud se dirigió luego a la plaza de la Independencia, donde la multitud llegó a las 10.000 personas.


La oficina del presidente, sin embargo, dijo que el mandatario partió de viaje hacia China, donde se espera firme una serie de acuerdos económicos.


Azarov, como Yanukovych, afirman que quieren mayor integración con la UE, pero también que Ucrania no podría soportar ahora las pérdidas en el comercio con Rusia que presumiblemente habría sufrido de firmar el acuerdo de asociación con el bloque europeo.


Rusia se opuso al acuerdo entre Kiev y la UE, ya que desea atraer a Ucrania a un bloque de libre comercio con varias otras ex repúblicas soviéticas


Ucrania también es fuertemente dependiente del gas natural de Rusia, que en ocasiones de tensión política ha aumentado drásticamente el precio que cobra por su gas a los países vecinos.


Rusia se opuso al acuerdo entre Kiev y la UE, ya que desea atraer a Ucrania a un bloque de libre comercio con varias otras ex repúblicas soviéticas.


En el Parlamento, Azarov refutó las acusaciones de la oposición de que el gobierno, al renunciar temporalmente al acuerdo de asociación con la Unión Europea, vendió Ucrania a Rusia.


“Quien vendió el país a Rusia fue quien firmó en 2009 los onerosos contratos de gas”, dijo Azarov, en alusión a la encarcelada exprimera ministra y líder opositora Yulia Timoshenko, quien cumple una pena de siete años por “abusos de poder”.


Ayer, Azarov denunció que las protestas estaban “descontroladas” y tenían “todos los signos de un golpe de Estado”.


En 2004, Yanukovich acusó a las potencias europeas de haber financiado y promocionado la Revolución Naranja, un levantamiento popular que cuestionó y logró revertir la victoria electoral del hoy presidente, quien era y sigue siendo considerado como un férreo aliado de Moscú.



Esta polarización entre los sectores promoscovitas y los proeuropeos volvió a poner en jaque la estabilidad del país hace unas semanas, después que el presidente anunciara que suspendía la firma de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (UE).


Lejos de intentar mantener un bajo perfil para no avivar las tensiones en Kiev, el presidente ruso, Vladimir Putin, se metió ayer de lleno en la crisis política ucraniana al asegurar que las protestas de la oposición “no son una revolución sino un pogromo”.


El término pogromo (el ataque de una multitud a gente indefensa) remite al linchamiento de un grupo particular, pero en Ucrania está específicamente vinculado a la persecución a los judíos y tiene pesadas connotaciones históricas.



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