lunes, 23 de diciembre de 2013

Obligado por la violencia, el gobierno de Sudán del Sur aceptó negociar con los rebeldes

El gobierno aceptó negociar con los rebeldes, “de forma inmediata y sin condiciones”, luego de otra jornada de cruentos enfrentamientos en los que vio cómo se le escapó de las manos el control del estado de Unidad, limítrofe con Sudán y rico en petróleo.


La nueva y obligada estrategia del gobierno sursudanés fue informada por su ministro de Exteriores, Barnaba Marial Benjamin, quien precisó también que los mediadores africanos serán quienes fijen la fecha y el lugar de las negociaciones.


Desde la intentona golpista del domingo pasado, Sudán del Sur es escenario de combates y de una escalada de la violencia étnica que ya causó cerca de medio millar de muertos


No obstante, Benjamin anticipó que “probablemente el encuentro se produzca la próxima semana”, informó la agencia de noticias EFE.


Desde la intentona golpista del domingo pasado, Sudán del Sur es escenario de combates y de una escalada de la violencia étnica que ya causó cerca de medio millar de muertos.


Hoy, el embajador de Sudán del Sur en Jartum, Mayan Dot, reveló que los partidarios del ex vicepresidente Riak Mashar, acusado de perpetrar el fallido golpe de Estado, “controlan Unidad y el estado de Jonglei”, el mayor del país.


sudan


Dot describió lo que ocurre actualmente en el país como una “semiguerra civil”, debido sobre todo a los graves choques que  estallaron en Jonglei y Unidad, y consideró que la solución pasa por un diálogo profundo.


Benjamin confirmó que la capital de Unidad, Bentiu, cayó en manos de los rebeldes aunque nada dijo sobre Jonglei. No obstante, aseguró que las autoridades controlan todos los yacimientos e instalaciones petroleras de Sudán del Sur e insistió en que están en perfecto estado.


Para tratar de evitar que esta crisis derive en una guerra civil, varios países africanos -Etiopía, Kenia, Uganda, Sudán, Somalia y Yibuti- están mediando y Estados Unidos decidió mandar como enviado al embajador Donald Booth.


Dada la gravedad de la situación, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, había hecho hoy un llamamiento al diálogo a las autoridades de Sudán del Sur para poner fin a la ola de violencia.


“El presidente resaltó la urgencia de apoyar los esfuerzos para resolver las diferencias en Sudán del Sur a través del diálogo. Sus líderes deben saber que la violencia continuada pondrá en peligro al pueblo y los avances que tanto costaron hacia la independencia”, señala el comunicado de la Casa Blanca difundido por la agencia de noticias Europa Press.


En el texto, dado a conocer en Hawaii donde pasará la Navidad junto con su familia, Obama advierte que la nueva derivación del conflicto sursudanés “sólo puede ser resuelto de forma pacífica a través de negociaciones”.


El pasado jueves, Obama envió 45 soldados para proteger a personal diplomático y ciudadanos estadounidenses en el país africano, cuatro de los cuales resultaron heridos ayer al ser atacado el avión con el que trataban de evacuar a compatriotas.


Sudán del Sur es el país más joven del planeta: se independizó de Sudán en julio de 2011, pero desde entonces la inestabilidad y las rivalidades internas no dan lugar a la calma y desembocaron esta semana en el intento de golpe de Estado.


El conflicto está marcado por la violencia étnica, ya que el presidente sursudanés, Salva Kir, pertenece al clan Dinka, y el exvicepresidente Mashar, al Lou Nuer.


La base de la misión de Naciones Unidas para Sudán del Sur (UNMISS) en Akobo, en el estado de Jonglei, fue atacada por rebeldes Lou Nuer hace tres días, lo que causó la muerte a dos cascos azules indios y a veinte civiles del clan Dinka que se habían refugiado en el lugar.


El embajador Dot buscó llevar algo de tranquilidad al asegurar que el Ejército controla la situación en ocho de los diez estados de Sudán del Sur y mostró su confianza en que pronto recuperará las zonas que han caído en manos de rebeldes.


Sin embargo, el líder de la cuarta división del Ejército sursudanés, el general Koang Chuol, perteneciente a la tribu Lou Nuer, desertó ayer y se unió a los rebeldes, informó hoy una emisora local de Bentiu, la capital del estado de Unidad.


Las fuerzas lideradas por Chuol controlaron la región, según esa radio, mientras que hay informaciones de que los soldados gubernamentales se refugiaron en una sede de la ONU en la zona y el gobernador del estado, Joseph Monytuil, escapó del lugar.



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