jueves, 11 de septiembre de 2014

Carme Forcadell: "La independencia no es una cuestión identitaria, es racional"

“La prohibición del Tribunal Constitucional no será suficiente para frenar este proceso”, aseguró en entrevista con Télam la presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), principal movimiento cívico que está detrás del reclamo independentista.


A 24 horas de que se celebre una nueva movilización independentista en Barcelona, la tercera consecutiva, Forcadell cree que ya no hay marcha atrás y que Cataluña será independiente.


“Hace tres años que estamos movilizados y hemos dejado claro a nuestro gobierno y a todo el mundo que queremos ser independientes”, explica esta profesora de 58 años.


“Ahora, es la hora que nuestros representantes políticos hagan su trabajo. Tienen un mandato democrático para hacer la consulta”, remarcó y resaltó que “estamos convencidos de que el éxito de mañana será tan grande que nadie tendrá ninguna duda de que la consulta se podrá hacer”.


(FL)”Hace tres años que estamos movilizados y hemos dejado claro a nuestro gobierno y a todo el mundo que queremos ser independientes”(FLL)El presidente catalán, Artur Mas, se comprometió a celebrar la consulta pero también aseguró que no haría nada ilegal, en tanto que el jefe del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, que se opone al referéndum por inconstitucional, anunció que recurrirá la ley de consultas que prevé aprobar el Parlamento catalán para dar cobertura a la convocatoria.


Ante esta encrucijada, Forcadell no tiene dudas de que Mas cumplirá con su palabra.


“Esta no es una propuesta de su gobierno, es el mandato del Parlamento catalán, de seis partidos, de una mayoría democrática”, señaló.


“No será el Tribunal Constitucional el que decida si hace la consulta o no, lo decidiremos los catalanes”, apuntó la activista, defendiendo la tesis de insumisión del líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras.


“El que va a tener problemas es el Tribunal Constitucional para demostrar que no es legal y el gobierno español para impedirla”. De todas formas, “la prohibición no será suficiente”, insistió, sin querer anticipar acontecimientos, ya que, asegura, la ANC decidirá qué hacer llegado el momento, ya que “el objetivo es que la consulta se haga de  manera democrática y pacífica”.


Forcadell sitúa el soberanismo catalán en el siglo XXI, más vinculado al concepto de ciudadanía que a la raíz identitaria y cultural, aunque se nutre indudablemente de ella.


“Quiero la independencia para que todos vivamos mejor. No es una cuestión identitaria, es racional”, defendió.


“Para mi no es importante mi identidad nacional. Evidentemente soy catalana porque nací en Cataluña, pero hay muchísima gente que habla español y se siente español y quiere la independencia. En estos momentos es una cuestión de justicia social”, argumentó.


“Nosotros tenemos claro que queremos un nuevo Estado porque es la oportunidad de tener un país más próspero, más justo y más democrático. Hemos intentado durante 35 años cambiar España y es imposible”, apuntó.


Con el referéndum de Escocia en el horizonte, Forcadell sostiene que si gana el “sí” influirá mucho en las expectativas de Cataluña porque “nos abrirá las puertas a la Unión Europea (UE) y las organizaciones internacionales”.


“Será muy positivo para nosotros”, señaló, aunque aclaró que los dos procesos son “absolutamente diferentes”.


“El de Escocia es de arriba hacia abajo, de un partido político que lleva la independencia en su programa electoral y al ganar las elecciones se puso a trabajar para que haya una mayoría social. En Cataluña es al revés, existía una mayoría social a favor de la independencia que convenció y arrastró a los partidos político”.


“Nuestro movimiento es de abajo hacia arriba, y eso le da más fuerza. Hay muchísimos más independentistas en Cataluña que en Escocia, muchos más”, subrayó.


Y llegado el momento de explicar ese ascenso del independentismo catalán, Forcadell pone en primer lugar una cuestión sentimental: muchos catalanes “nos sentimos tratados injustamente por el Estado español y queremos un Estado que nos respete”.


La líder soberanista recuerdó que la sentencia de 2010 del Tribunal Constitucional -que recortó el Estatuto de Autonomía- fue un punto de inflexión porque “fue muy humillante y demostró que al Estado español no le importaba lo que opinaban los catalanes”.


Forcadel reconoció que el papel que jugo la crisis económica “ayudo”, porque hizo que  saliera a la luz el trato injusto que recibe Cataluña del gobierno español” y, además, “es una oportunidad de cambiar y construir un país mejor, nuevo, unido a una regeneración democrática”.



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