Aseguró que sus agentes operan dentro del marco legal y de los valores democráticos. Sin embargo, no confirmó ni negó tener acceso al sistema Prism.
El gobierno británico aseguró hoy que sus servicios de inteligencia “operan dentro del marco legal” y “con apego a valores democráticos”, ante denuncias que indican que accedió a los programas de espionaje de Estados Unidos para recopilar información de telecomunicaciones.
El primer ministro, David Cameron, y el canciller, William Hague, coincidieron en defender a sus agencias de espionaje, aunque no confirmaron ni negaron si tuvieron acceso al sistema Prism (Prisma).
“Los servicios secretos son importantes porque vivimos en un mundo peligroso de terror y terrorismo”David Cameron
David Cameron
El diario The Guardian denunció que el centro de comunicaciones conocido como GCHQ, ubicado en Cheltenham, oeste de Inglaterra, utilizó desde junio de 2010 el programa de espionaje creado por la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA).
Este sistema permite consultar a diario registros de llamadas y extraer datos de servidores de grandes empresas de internet como Google, Facebook, Skype, Microsoft y Apple.
“Tenemos agencias de inteligencia que hacen un maravilloso trabajo por este país para mantenernos a salvo y operan dentro del marco de la ley”, defendió Cameron durante una conferencia en Essex, al noreste de Londres.
El líder conservador señaló que estos servicios “son importantes porque vivimos en un mundo peligroso de terror y terrorismo”.
En ese marco, ejemplificó con lo que ocurrió el 22 de mayo en Woolwich, sudeste de Londres, donde un soldado británico fue
asesinado por dos sospechosos que habrían actuado motivados por una visión extremista del islam.
Hague, por su parte, indicó que “no tiene fundamento” la acusación de que Estados Unidos brindó información obtenida de forma ilegal al Reino Unido.
En una declaración en la Cámara de los Comunes explicó que ese mecanismo de colaboración “está sujeto a la regulación británica de controles y salvaguardas”, que incluyen una orden ministerial y un posterior control parlamentario.
“Para interceptar el contenido de las comunicaciones se necesita la orden firmada por mí u otro miembro del gabinete”, comentó.
“El gobierno británico condena la filtración de cualquier información confidencial”
William Hague, canciller
“Queremos que el pueblo británico tenga confianza en el trabajo de sus agencias de seguridad y su apego a los valores democráticos”, añadió.
El canciller también subrayó la relación que tienen el GCHQ y la NSA, que “desde 1948 frenó varios planes terroristas y de espionaje y salvó miles de vidas”, afirmó.
Sin nombrarlo, el funcionario también se refirió a Edward Snowden, el ingeniero informático que trabajó para la CIA y la NSA y que es citado por los diarios The Guardian y The Washington Post como quien reveló los datos de los programas de espionaje.
“El gobierno británico condena la filtración de cualquier información confidencial que hace más difícil mantener la seguridad de nuestro país y de nuestros aliados”, manifestó.
Por otra parte, el canciller respondió con evasivas las preguntas para confirmar desde cuándo el gobierno británico conoce la existencia de Prisma.
El parlamentario por el Partido Nacional Escocés, Angus MacNeil, cuestionó si para el gobierno británico legal y moral significan lo mismo a la hora de obtener información secreta.
En tanto, legisladores laboristas dijeron que si bien acuerdan en la necesidad de espiar a “terroristas”, el sistema también puede ser utilizado por motivos políticos para perseguir a sindicalistas u opositores.
En ese marco, el diputado Dennis Skinner señaló que cuando la ex primera ministra Margaret Thatcher llamó a los mineros como “el enemigo interno” en 1985 lo que hizo fue alentar a la agencia MI5 para que los espiara.
El gobierno británico defendió a sus servicios de inteligencia y busca despegarse de las escuchas en EEUU
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