El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, propuso realizar un referendo sobre un proyecto urbanístico en Estambul que desató 15 días de violentas protestas en todo el país, en el primer gesto conciliador del gobierno desde el inicio de la crisis.
Huseyin Celik, portavoz del gubernamental Partido Justicia y Desarrollo (AKP), anunció la propuesta en una rueda de prensa, en la que prometió que un referendo se podría hacer en toda la ciudad o bien sólo en el distrito de Beyoglu, donde se halla el recinto.
Recordó que el proyecto de reconstruir unos barracones otomanos, que los ecologistas han denunciado como ilegal, fue parado por un tribunal administrativo, cuya decisión deberá respetarse, pero en el caso de que dé luz verde, se podría hacer el referendo.
El 31 de mayo pasado, la policía dispersó por la fuerza a miles de personas que acampaban en la plaza Taksim para oponerse a planes del gobierno de talar árboles en el parque Gezi como parte de un proceso urbanístico de reforma de ese espacio público.
El hecho desató manifestaciones de repudio a la represión y de apoyo a los activistas de Gezi en todo el país que paulatinamente se convirtieron en una protesta más general contra el gobierno islamista moderado de Erdogan, que ganó las últimas tres elecciones por un amplio margen.
Las protestas fueron duramente reprimidas.
En su rueda de prensa, Celik prometió asimismo que los responsables de los excesos de violencia policial serían investigados y castigados, informó la agencia de noticias EFE.
Sin embargo, advirtió que el gobierno no puede tolerar el campamento de protesta en el parque y pidió a las “organizaciones ecologistas sinceras” que lo abandonen para dejar a los “grupos ilegales a solas con la policía”.
En el propio parque, sin embargo, hubo más bien poca confianza en que la reunión cambiase en algo la pulseada entre manifestantes y gobierno, y se cuestionaba la representatividad de la Plataforma Taksim.
“Quienes acudieron a la reunión son todo personas escogidas a mano por el propio Erdogan, se trata únicamente de un lavado de cara”, opinó una activista en declaraciones a EFE.
“Nada saldrá de allí, porque no han invitado a ningún representante de los que estamos en el parque”, señaló otra.
En todo caso, la actitud del primer ministro durante la jornada no hacía presagiar precisamente una voluntad negociadora.
“He dado instrucciones al Ministerio del Interior. En 24 horas esto se habrá acabado”, dijo Erdogan, según la emisora CNNTurk.
Erdogan insistió el “lobby de las finanzas” está detrás de las protestas y afirmó que desde hace meses disponía de informes de los servicios secretos sobre una conspiración contra su gobierno.
Prometió que “las fuerzas de seguridad se comportarán de forma diferente a partir de ahora” y aseguró que Turquía no necesita que le den lecciones desde el extranjero.
Estados Unidos y la Unión Europea criticaron los excesos de la represión policial de las manifestaciones, que dejó hasta ahora un saldo de más de 5.000 heridos y cuatro muertos, entre ellos un agente que cayó de un puente al perseguir a manifestantes.
La muerte más reciente, anunciada hoy, es la de un hombre de 27 años, herido en la cabeza hace diez días durante una protesta en Ankara y en coma desde entonces.
El abogado de la familia, Kazim Bayraktar, declaró que la víctima murió por un disparo de un policía y aseguró que hay tanto videos como testimonios que lo demuestran.
En la plaza de Taksim, la jornada se fue tensando conforme se acercaba la noche.
En el parque Gezi, miles de jóvenes siguen acampados tras una noche de asedio policial con intensas salvas de gas lacrimógeno.
Pese a que el gobernador de Estambul, Huseyin Avni Mutlu, había prometido ayer no tocar el parque, los antidisturbios dispararon centenares de botes de humo hacia su interior.
Los agentes también destruyeron decenas de puestos informativos en una explanada del parque, pese a lo cual, el recinto lucía hoy limpio y ordenado, tras un intenso trabajo de los acampados.
Nada más acabar la jornada laboral, varias marchas de miles de personas desembocaron de nuevo en la plaza de Taksim, donde se presagia otra noche de cargas policiales.
Según una encuesta publicada hoy, cerca de un 25 % de los turcos apoya las protestas, mientras que un 50 % las rechaza.
Aunque la policía, ausente del lugar durante once días, retiró esta madrugada todas las barricadas, pancartas y tenderetes de la plaza, el lugar se volvió a llenar de manifestantes que coreaban consignas como “La lucha vuelve a empezar”.
También en Ankara, donde se suceden desde hace dos semanas enfrentamientos entre policía y manifestantes, volvieron a salir a la calle miles de ciudadanos en lo que se percibe como una nueva noche de tensión.
Erdogan ofreció un referendo sobre el parque Gezi
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