Un informe de Naciones Unidas sobre violación de los derechos humanos en el este de Ucrania y en Crimea, generó un contrapunto entre el organismo internacional y Rusia que afirma que se trata de un encargo político y carece de objetividad.
La ONU dijo hoy que la anexión de Crimea por parte de Rusia y la imposición de la legislación de este país en la península está creando graves problemas para sus habitantes, en cuestiones como la nacionalidad y el acceso a tratamientos médicos, entre otros.
Además, denuncian ataques a la libertad de expresión en Slavianks, en el este del país, así como la persecución y detención de periodistas, activistas y políticos locales.
En respuesta, la Cancillería rusa señaló la “falta de objetividad” del documento del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, que cubre el período del 2 de abril al 6 de mayo.
“Nos vemos en la necesidad de constatar que el informe tiene poco en común con el estado de cosas en Ucrania en materia de derechos humanos”, declaró el portavoz de la cancillería rusa, Alexander Lukashevich.
Según el diplomático ruso, “la falta absoluta de objetividad, las flagrantes incongruencias y los `dobles raseros` no dejan dudas de que los autores (del informe) cumplían un encargo político para `blanquear` a las autoproclamadas autoridades de Kiev”.
Lukashevich indicó que el informe señala “cínicamente” que las causas de la masacre del pasado 2 de mayo en la ciudad de Odesa, donde murieron 48 personas por el incendio en la Casa de los Sindicatos, fueron “las acciones de ciertos activistas pro rusos”.
“Causa sorpresa que en las más de treinta páginas del documento no figuren las manifestaciones neonazis y de nacionalismo agresivo en Ucrania”, agregó.
El portavoz de la diplomacia rusa lamentó que el documento “justifique de hecho la operación punitiva en el sureste de Ucrania” y que intente “achacar la responsabilidad de las violaciones de los derechos humanos a `fuerzas pro rusas`”.
“Y todo esto ocurre pese a que muchas de las acciones de las autoridades de Kiev presentan signos de crímenes de guerra y de delitos contra la humanidad”, agregó.
Según la ONU, los residentes en Crimea, de nacionalidad ucraniana o con otro estatus, debían pedir ser reconocidos como rusos hasta el pasado 18 de abril y los que no cumplieron con este plazo “enfrentan acoso e intimidación”.
Agrega que los tártaros de Crimea afrontan restricción en su libertad de movimiento y, en el caso de los musulmanes, temen ser perseguidos por su religión, consignó la agencia de noticias EFE.
Sobre las regiones del este que se levantaron contra las autoridades proeuropeistas de Kiev, señala que al menos 23 periodistas, tanto ucranianos como extranjeros, fueron “raptados y detenidos ilegalmente, principalmente en Slaviansk”.
En la mayoría de casos, “la policía local no hizo nada para prevenir la violencia, mientras que en otros cooperó abiertamente con los atacantes”, sostienen los observadores de la ONU.
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