El gobierno sirio, milicias opositoras y la ONU iniciaron una tregua para evacuar a unos 2.000 insurgentes del casco histórico de una de las ciudades más grandes de Siria y más golpeadas por la cruenta guerra civil, sitiada por el Ejército desde hace casi dos años.
En tanto, en plena campaña para las elecciones presidenciales del mes próximo y coincidiendo con el Día de los Mártires, el mandatario Bashar al Assad y su esposa Asma recibieron en la casa de gobierno en Damasco a un grupo de niños víctimas del conflicto armado que azota al país desde hace más de tres años.
Según el acuerdo firmado el domingo pasado, las autoridades sirias permitirán durante dos días la evacuación de los combatientes opositores encerrados en el casco histórico de Homs
“Si todo el mundo fuera fuerte y firme y no se dejara intimidar, como ustedes y sus familias, estaríamos seguros de la victoria contra los terroristas”, les dijo el mandatario que busca la re- reelección, según publicó hoy la agencia de noticias oficial SANA.
Mientras Al Assad volvió a prometer que peleará hasta la “derrota de los terroristas” y la oposición sigue rechazando las elecciones del 3 de junio y pidiendo su derrocamiento, hoy en la centro-occidental Homs, la tercera ciudad más grande de Siria, comenzó a regir una tregua tras dos años de asedio y enfrentamientos.
El objetivo del acuerdo es terminar con la dramática situación humanitaria creada por la ofensiva del Ejército contra milicianos insurgentes atrincherados en el corazón de la ciudad, cercana a la frontera con Líbano.
El gobernador Talal al Barazi dijo a la agencia de noticias EFE que los insurgentes ya comenzaron a salir del casco antiguo de Homs en colectivos, mientras que la organización pro opositora, el Observador Sirio para los Derechos Humanos, informó que 222 combatientes ya llegaron a Dar al Kabira, un suburbio del norte.
Según el acuerdo firmado el domingo pasado, las autoridades sirias permitirán durante dos días la evacuación de los combatientes opositores encerrados en el casco histórico de Homs.
Los insurgentes podrán llevarse sólo armas ligeras y medianas, y serán custodiados por la ONU hasta que alcancen los suburbios de la ciudad.
Por ahora, según el Observatorio, esta parte se está cumpliendo.
A cambio, los insurgentes permitirán que el Ejército retome el control del centro de Homs, bautizada por la oposición como la “capital de la revolución”, y autorizarán el ingreso de ayuda humanitaria en los pueblos de mayoría alawita, la misma minoría a la que pertenece el presidente Al Assad, en la zona rural de la provincia de Alepo, que controlan en el norte del país.
Finalmente, los opositores deben entregar a un oficial ruso y a combatientes iraníes capturados.
Desde Alepo, un activista vinculado al Frente Islámico, identificado como Abu Hadifa, habló vía internet con EFE e informó que la ayuda humanitaria, principalmente alimentos y medicinas, ya comenzó a entrar en los pueblos de Nubel y Al Zahra.
De completarse el acuerdo mañana, será el segundo que logran implementar este año el gobernador de Homs y las milicias insurgentes con presencia en la zona, bajo supervisión de la ONU.
En febrero pasado y en el marco de las breves y fallidas negociaciones de paz sirias en Ginebra, las dos partes permitieron la evacuación de alrededor de 1.400 civiles y la entrada parcial de ayuda humanitaria al casco histórico de Homs.
Pese a la tregua y al diálogo alcanzado en esa ciudad del este sirio, en el resto del territorio la guerra civil continúa azotando al país y alimentando el ya trágico saldo de más de 150.000 muertos, según el Observatorio, y más de 6,5 millones de refugiados y desplazados, según cifras de la ONU.
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