Rusia criticó el levantamiento del embargo de armas a los insurgentes sirios, al señalar que muestra un “doble rasero” y podría perjudicar la conferencia internacional planeada por Washington y Moscú para alcanzar la paz en el país.
Por su parte, el embajador ruso ante la OTAN, Alexander Grushko, dijo en declaraciones a la prensa que la medida “solamente echa leña al fuego”.
La UE decidió levantar su embargo de armas a la oposición de Siria y dejar en vigor las demás sanciones contra el gobierno del
presidente Bashar Al Assad durante un año a partir de su expiración, el 1 de junio próximo, según anunciaron ayer los
cancilleres del bloque.
Frente a esa resolución, la agencia oficial de noticias siria Sana sostiene que la decisión de los Veintisiete da muestra que se
impuso la voluntad de “las tradicionales potencias coloniales”.
Y justifica esa acusación afirmando que una solución política al conflicto en Siria “implica una derrota del Reino Unido y
Francia porque ambos países apoyan la caída de (el presidente Bashar) Al Assad y quieren resolver sus problemas económicos con la venta de armas”.
Riabkov señaló que la decisión de la UE choca con “el espíritu y la letra del Tratado Internacional sobre Comercio de
Armas, que se abrirá para su firma el próximo 3 de junio” y que busca mejorar la regulación en la venta internacional de armas para evitar el comercio ilícito.
En este sentido, la ONG internacional Oxfam defendió la importancia del nuevo tratado y destacó que la entrega de armas no
debe estar autorizada en lugares donde exista un riesgo mayor.
Oxfam condenó la decisión de levantar el embargo a los insurgentes sirios al tiempo que criticó la falta de acuerdo de los
Veintisiete para llevar a cabo una política en común.
“Lo que se necesitaba era una postura inequívoca de que la UE hará todo lo posible para detener el derramamiento de sangre y
evitar una mortal carrera de armas en Siria”, subrayó la responsable de “Armas bajo control” de Oxfam, Anna Macdonald.
En tanto, el canciller español, José García Margallo, explicó que si bien la UE levantó el embargo, acordaron no suministrar
armas a los insurgentes hasta el 1 de agosto, con el objetivo de “dar una oportunidad al dialogo”.
La UE salió al cruce de las críticas internacionales al recordar que por el momento no se entregarán armas y que están
haciendo todo lo posible para apoyar la acción de paz impulsada por Moscú y Washington.
“Hacemos todo lo que podemos para apoyar la iniciativa Lavrov-Kerry. Siempre hemos querido una solución política y
pacífica de la crisis siria”, afirmó hoy el portavoz comunitario de Exteriores, Michael Mann.
Por su parte, los insurgentes sirios recibieron con beneplácito la noticia del levantamiento del embargo de armas.
El vocero de la Comandancia Suprema del opositor Ejército Libre Sirio (ELS), Qasem Saadedin, declaró a la agencia de noticias
EFE que deseaba que la decisión se hubiera tomado “hace meses” y que espera que efectivamente suceda y que no se trate sólo de un anuncio.
Sobre la reunión en Ginebra para alcanzar la paz en Siria, Riabkov señaló que Moscú y Washington tratan de acercar posturas.
Uno de las cuestiones que Lavrov pidió aclarar es quién representará a la oposición siria en la nueva conferencia de paz en
Ginebra promovida por Moscú y Washington.
“El objetivo número uno es tener claro quiénes representarán a las partes sirias en la conferencia”, manifestó el canciller
ruso, al tiempo que recordó que el Gobierno sirio ya mostró su disposición a participar en el foro.
Según el canciller ruso, la respuesta de Kerry sobre este punto fue que los insurgentes “continúan negociando su representación”.
Lavrov realizó estas declaraciones anoche tras reunirse en París con Kerry para discutir los puntos principales de la
conferencia sobre Siria.
Por otro lado, al ser consultado sobre los misiles antiaéreos S-300 que Moscú suministra al Ejército sirio, sostuvo que “son en
gran medida un factor de contención para impedir que algunas cabezas calientes den a este conflicto un carácter internacional
con participación de fuerzas externas”, afirmó Riabkov.
Al respecto, el ministro de Defensa israelí, Moshé Yaalón, sostuvo hoy que “los misiles son una amenaza” para Israel y agregó
que espera que la venta no se concrete.
Sin embargo, si la venta efectivamente ocurre, su país “sabrá qué hacer”, afirmó Yaalón al diario Yediot Aharonot durante una
visita a una base militar.
Para Rusia, la Unión Europea daña el proceso de paz al levantar el embargo de armas a los insurgentes sirios
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