Por Saray schaetzlerSi te digo que a partir de mañana no tendrás que pagar más por la comida, ni perder el tiempo en la cola del supermercado, ni averiguando de dónde proceden los alimentos, e incluso puede que sea otro quien cocine para ti…¿estupendo, verdad? ¿Qué es lo que hace que los españoles sigan atados a mapas mentales de consumo y a una realidad que ya es no solo un espejismo, sino que se ha demostrado ser una evidente falacia de cara al desarrollo personal y grupal? ¿Es que no nos interesa, como tal, avanzar? ¿Es que la ley del menor esfuerzo ha impregnado nuestros cerebros de tal modo que solo lo que consigo a cambio de dinero es válido en nuestro hogar? El problema en este pais reside en la mentalidad, aún por reciclar y adaptarse a un modelo de convivencia y concienciación social que, por razones obvias, me obliga a compararnos a las gentes y modos de otros paises desarrollados. Si uno se da un paseo por las redes citadas anteriormente, y otras que surgen cada día: redes de alimentos, comidas populares, mercadillos de segunda mano, constatará lo que aquí he expuesto con brevedad. Que no me miren, que nadie se entere, que parezca que tengo y poseo y que mi cuenta es la más saneada de los seis millones de parados, o mejor aún si es que no me ha tocado la varita del impago, del despido procedente pero injusto, es lo que parecen querer mostrar nuestras actitudes y comentarios. Cuando la necesidad aprieta, a mi parecer, a muchos les nace una repentina conciencia social que la semana pasada estaba de vacaciones. También es válido. Quizá lo que les falte a algunos políticos, empresarios y poderes de este y otros paises sea precisamente eso: una estancia en el mundo con cuatrocientos euros en el bolsillo, a ver cómo se las arreglan para llegar a fin de mes. |
Vía http://desvandepalabrasypensamientos.blogspot.com.es |
Cuando la necesidad aprieta
No hay comentarios:
Publicar un comentario