El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, llamó hoy a los turcos a no dejarse engañar y desoír los llamados a protestar en la plaza Taksim de Estambul, centro de la ola de reclamos contra el gobierno, y que fue violentamente desalojada ayer por la policía.
“Apelo al sentido común de la población”, dijo el primer ministro, quien justificó el desalojo de la plaza y del parque Gezi en que sus ocupantes insistían en quedarse pese a sus promesas de que cumplirá la voluntad popular respecto al polémico proyecto de reurbanizar la zona.
Acompañado de miles de simpatizantes en Estambul, el primer ministro se defendió de las acusaciones de brutalidad policial contra los manifestantes, vertidas tanto dentro como fuera del país, informó la agencia de noticias EFE.
“Antes de nosotros, la Policía podía usar la fuerza sin ningún límite. Nosotros vinimos y lo restringimos”, dijo en relación a su partido, el islamista moderado AKP, en el poder desde hace once años.
A pocos kilómetros de allí, cruzando el Río Bósforo que divide la ciudad euro-asiática, una marea humana compuesta por familias, jóvenes y niños, intenta llegar a Taksim, que se encuentra bloqueda y sitiada por la policía, para sumarse la histórica protesta.
Dentro de ese grupo, y con actitud mas combativa, centenares de habitantes del barrio “Befiktas” y simpatizantes y barras del club homónimo, ofician de grupo de choque ante alguna irrupción policial.
La tensión se respira en el ambiente tras la violenta intervención policial de anoche, y luego que los grupos de manifestantes persisten en no alejarse del lugar y se reagrupan en un intento por no perder la iniciativa en la protesta.
Erdogan aseguró hoy que durante su mandato “se puso fin a los malos tratos” en prisiones y comisarias y se levantaron las limitaciones a la libertad de expresión y manifestación.
“No podéis manifestaros donde queráis”, acusó, sin embargo Erdogan, quien calificó como “actos de vandalismo” los producidos durante los 18 días que dura la protesta.
“¿Quién pagará por ello?”, preguntó a sus simpatizantes, que coreaban gritos de “Turquía está orgullosa de ti”.
Las declaraciones del premier se produjeron poco después que el líder de la oposición turca, Kemal Kilicdaroglu, instó a las fuerzas policiales a desobedecer las órdenes “ilegales” de Erdogan, a quien acusó de querer llevar a Turquía a una guerra civil.
“Cumplir las órdenes de un primer ministro que no duda en arrastrar al país a una guerra civil es ilegal según el derecho internacional”, aseguró Kilicdaroglu, del Partido Republicano del Pueblo (CHP, laico), heredero de Mustafa Kemal Ataturk, el padre de la Turquía moderna y secular.
En un comunicado emitido tras el violento desalojo de anoche de la plaza Taksim y parque Gezi, epicentro las protestas contra el gobierno turco desde hace más de dos semanas, el dirigente opositor instó a la policía a rebelarse contra las órdenes de Erdogan.
Erdogan pidió "no dejarse engañar" y desoir los llamados a protestar
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