La ex senadora colombiana Piedad Córdoba sostuvo que en los diálogos de paz de Colombia también se juega la estabilidad de América Latina, a su juicio actualmente amenazada en Venezuela por la campaña contra el ajustado triunfo del presidente Maduro.
“Lo que nosotros debiéramos haber estructurado durante todo este tiempo es una estrategia que le hiciera frente a una carrera no sólo armamentista sino de desestabilización” de la región por parte de las fuerzas de derecha, señaló Córdoba, líder del movimiento de Colombianas y Colombianos por la Paz, en declaraciones a Télam.
Añadió que “la derecha perdió recursos, privilegios y, sobre todo, capacidad de saqueo que tenía en la región, y (tiene) elementos muy claros que son los medios de comunicación”.
“Hoy es absolutamente visible la estructura de la derecha a nivel internacional”, expresó la también dirigente del movimiento Marcha Patriótica, que hoy recibirá en la Universidad de La Plata un premio por su actuación por la paz, y que mañana compartirá la cena de honor que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ofrecerá a su par venezolano, Nicolás Maduro.
Esa estructura, a su juicio, tiene “puntos abiertos y claros como Colombia, y otros como Chile o Perú, sobre todo con esta nueva configuración del Pacto del Pacífico” que busca fortalecerse en lo económico “para volver por el poder político de la región”.
“Creo que es muy importante tener claro que el conflicto colombiano hace a ese juego”, asegura Córdoba, que enumera “factores mediáticos, actores y armas que hoy permiten generar situaciones muy difíciles y complejas”, afirma.
“Para enfrentar los actuales desafíos hace falta la unidad de la región; de todos los gobiernos de nuevo cuño; la unidad del movimiento popular y el fortalecimiento de espacios como la Unasur, la Celac y el ALBA”
Piedad Córdoba
Como ejemplo de esas situaciones menciona “la campaña de deslegitimación internacional del presidente Maduro”, que a su juicio ha logrado internamente controlar muchos de esos factores desestabilizantes, pero que internacionalmente apuntan a “su ilegitimidad, su imagen de debilidad”.
“En una estrategia sorprendente (el fallecido ex presidente Hugo) Chávez, que era un monstruo, ahora pasa a ser un santo, y el analfabeto total y completo es Nicolás Maduro”, sostuvo.
Según la ex senadora, “algo parecido pasó (en Argentina) con el presidente Néstor Kirchner; yo estuve aquí cuando su entierro y quien hasta ese momento era visto como delincuente (por los medios concentrados de prensa), mientras su mujer era una virgen, se dio vuelta. El pasó a ser un santo y ella el demonio”.
Para Córdoba, “no se trata solamente de decir, de asustarnos, sino de actuar con dirección, coordinación y el coraje que le imprime a uno comprender que vivimos un proceso revolucionario para la gente”.
La derecha, por el contrario, enfatiza, “tiene el desprestigio de defender un proceso para el enriquecimiento y acumulación individual, de entrega de la soberanía nacional y popular”.
En ese sentido, la ex senadora destaca la importancia de la participación popular, como la multitudinaria movilización por la paz del 9 de abril, donde evalúa que ganaron la calle en Bogotá un millón de personas, “lo que permitió (a la capital) descubrir a la nación, a la gran cantidad de indígenas del país, a los negros y campesinos que se están rebelando y que está resistiendo”.
También menciona el papel crucial de los foros masivos organizados por Naciones Unidas y la Universidad de Colombia para aportar propuestas al diálogo de paz que llevan adelante el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en La Habana, tanto el primero sobre política agraria, como ahora la incorporación a la vida política de la guerrilla.
Su confianza en la participación social de los colombianos en el proceso de paz y de los gobiernos de la región contrasta con su visión del papel del presidente de su país, Juan Manuel Santos, de quien dice que “no tiene sólo dos caras, puede tener hasta tres”.
“Creo que el juego no es de ahora, es de atrás. Es la nueva `caperucita roja` de la región que se disfraza de personaje bueno, que es distinto del anterior (presidente Álvaro Uribe), pero que además respeta los nuevos intereses de la región. Yo creo que no hay tal”, sostiene.
“Cuando sale hoy en defensa de una persona vinculada directamente con el paramilitarismo (alude claramente a Uribe) demuestra que los colmillos estaban bien guardados, cuando se hacía la caperucita roja”, dice en referencia la respuesta que dio Santos a la acusación de Maduro, involucrando a Uribe en un complot para asesinarlo.
La ex legisladora concluye enfatizando que para enfrentar los actuales desafíos hace falta “la unidad de la región; de todos los gobiernos de nuevo cuño; la unidad del movimiento popular y el fortalecimiento de espacios como la Unasur (Unión Suramericana de Naciones), la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) y el ALBA (Alianza Bolivariana de las Américas)”.
“La suerte de la paz colombiana influirá en toda la región”
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