Nueve personas fueron arrestadas hoy en Turquía por el doble ataque con coche bomba que ayer dejó 46 muertos en Reyhanli, cerca de la frontera con Siria, atentado que Ankara atribuye a Damasco y en el que el gobierno sirio niega toda responsabilidad.
“Por el momento nueve personas fueron detenidas por su relación con los ataques, y hay confesiones”, anunció escuetamente el vice primer ministro turco, Besur Atalay, en conferencia de prensa transmitida por la cadena turca de televisión NTV.
Atalay informó a los medios que los sospechosos fueron identificados “a través de sus propias confesiones y declaraciones”.
Fuentes policiales citadas por la agencia de noticias Europa Press informaron que cinco de los sospechosos son miembros del Frente Revolucionario para la Liberación Popular, mientras otros cuatro integran un grupo conocido como Acilciler (“Los Urgentes”), escindido de la formación Frente Turco para la Liberación Popular que opera en la frontera del país.
El ministro del Interior turco, Muamer Guler, había asegurado previamente que los autores del doble atentado, que recalienta la frontera entre los dos países, estaban vinculados a “organizaciones que apoyan al régimen sirio y a los servicios de información” del país árabe.
Pero Damasco acusó hoy al Gobierno turco de estar facilitando armas y explosivos a los grupos insurgentes que luchan para derrocar al presidente Bashar Al Assad y negó tajantemente su responsabilidad en los dos atentados de ayer.
“Nadie en Turquía tiene derecho a lanzar acusaciones arbitrarias contra Siria relacionadas con los atentados con bomba que se registraron ayer en Turquía porque Siria no tuvo ni tendrá nunca un comportamiento así”, afirmó el ministro de Información sirio, Omran al Zoubi, citado por la agencia oficial SANA.
Al Zoubi acusó al gobierno turco de haber convertido la frontera en una “concentración de terroristas internacionales” y facilitar la entrega de armas, explosivos, vehículos y dinero “a los grupos insurgentes que operan en Siria”.
En su discurso en la inauguración del Simposio Político Intelectual en la Biblioteca Nacional Al Assad, en Damasco, el ministro dijo además que el gobierno turco “es el responsable político y moral ante los pueblos sirio y turco por la violencia registrada en la zona fronteriza”.
Ayer, dos coches bomba mataron a 46 personas e hirieron a más de cien en el corazón de la ciudad de Reyhanli, en el sur de Turquía, muy cerca de la convulsionada frontera con Siria.
Al Zoubi aseguró que Turquía y otros países extranjeros son los responsables de lo que está ocurriendo en Siria y de los atentados de ayer en Reyhanli y subrayó que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, tiene que dimitir porque no puede seguir gobernando a expensas de “la sangre de los turcos y los sirios”.
El feroz ataque, cuya autoría no fue reivindicada, desató una serie de reacciones en el mundo, entre ellas la del secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, para quien estos “actos despreciables” muestran “una desconsideración total hacia la vida de civiles”.
“Cuando se demuestre que el presidente sirio es responsable, haremos lo necesario”, advirtió por su parte, el viceprimer ministro turco Bulent Arinc.
Desde que comenzó la insurrección armada contra el gobierno de Bashar Al Assad, en marzo de 2011, conflicto que costó la vida a más de 70 mil personas según la ONU, la frontera sirio-turca registró incidentes que provocaron una gran tensión
diplomática.
El más grave de estos incidentes fue en junio de 2012, cuando el Ejército sirio derribó un avión de combate turco F-4 que sobrevolaba la ciudad costera de Latakia, hecho que gatilló un fuerte cortocircuito entre ambas cancillerías, pero que no pasó a mayores.
En octubre, el ambiente en la frontera turco-siria volvió a caldearse tras la explosión de un obús de mortero en el pueblo turco de Akçakale, presuntamente disparado durante un enfrentamiento entre insurgentes y el Ejército Árabe Sirio que mató cinco mujeres en octubre de 2012 .
Turquía cuenta con misiles de la OTAN en el sur del territorio por si es objeto de un ataque del vecino.
Desde Líbano, milicianos de Hezbollah se movilizan en apoyo del ejército sirio, mientras que Israel bombardeó la semana pasada un supuesto cargamento de armas en Siria en previsión de que fueran a parar a manos de la milicia chiita libanesa.
Las dos explosiones de ayer causaron daños en al menos 732 tiendas, 62 vehículos, ocho edificios públicos y más de 120 domicilios, según indicó el ministro Guler.
De los heridos, 55 todavía siguen recibiendo tratamiento médico y 24 están en estado crítico. Siete de los heridos son sirios.
Se recalienta la frontera turco-siria tras la detención de nueve personas
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