jueves, 25 de julio de 2013

Asesinan en Túnez al segundo referente de izquierda en lo que va del año

Mohamed Brahmi fue asesinado a tiros delante de su vivienda en las afueras de la ciudad capital. El partido de gobierno Ennahda condenó el crimen.


Túnez sufrió otro duro golpe en su trabajosa transición hacia la democracia cuando hombres armados mataron a tiros al líder de un partido opositor laico, en el segundo asesinato político del año en el país cuna de la Primevera Árabe.


tunez


El crimen del dirigente izquierdista Mohamed Brahmi, de 58 años, provocó violentas protestas contra el gobierno en la capital, Túnez, y en otras ciudades, así como una convocatoria a una huelga general para mañana de la principal central sindical del país, que advirtió de un posible “baño de sangre” por la muerte.


Brahmi, asesinado a balazos dentro de su auto frente a su casa, era coordinador general del partido nacionalista árabe Movimiento Popular, el mismo al que pertenecía el político Chokri Belaid, cuya muerte en otro ataque a tiros en febrero pasado desató una violenta crisis política que jaqueó la transición tunecina.


Las divisiones entre los islamistas tunecinos y sus rivales laicos se profundizaron desde la revuelta popular que en enero de 2011 derribó al autocrático ex presidente Zine el-Abidine Ben Ali, y que inauguró las revoluciones de la llamada Primavera Arabe, durante la cuales cayeron gobiernos en Egipto y Yemen.


El Ministerio del Interior dijo que Brahmi estaba dentro de su auto en la puerta de su casa cuando desconocidos le dispararon varios tiros antes de escapar.


Fuentes de seguridad dijeron que el político recibió 11 tiros, informó la cadena de noticias CNN.


Brahmi era un crítico del partido islamista Ennahda, que ganó las elecciones en octubre de 2011 y que gobierna en coalición con dos partidos laicos. La oposición critica a Ennahda por no reprimir con firmeza el extremismo islámico, y muchos miembros del partido de Belaid habían responsabilizado al gobierno por su asesinato.


La muerte de Brahmi desató condenas internacionales.


El Departamento de Estado norteamericano reclamó una investigación “transparente y profesional”.


El presidente de Francia -de la que Túnez fue colonia hasta 1956-, Francois Hollande, urgió al país a mostrar “el necesario espíritu de responsabilidad para preservar la unidad nacional y garantizar la continuación de la transición democrática”.


La jefa de derechos humanos de la ONU, Navi Pillay, pidió que los asesinos sean llevados ante la Justicia y dijo que el gobierno debe hacer más para “disuadir estos actos terribles” y proteger a las personas en peligro.


Luego de conocerse el nuevo crimen, miles de personas se congregaron ante el Ministerio del Interior, en el centro de Túnez, para reclamar la renuncia del gobierno.


El primer ministro, Ali Larayedh, condenó el asesinato, pero se manifestó en contra de disolver el gobierno y la Asamblea Constituyente porque esto crearía un “vacío de poder”, dijo.


También hubo manifestaciones de protesta en otras partes del país, incluyendo en Sidi Bouzid, la localidad natal de Brahmi y lugar donde se inició la revolución contra Ben Ali.


Dos sedes de Ennahda fueron incendiadas en esa zona del país, una en la propia Sidi Bouzid y otra en la vecina localidad de Meknassi, dijeron testigos citados por CNN.


“Este día marca la muerte del proceso democrático en Túnez. El gobierno debe irse”, dijo el líder del partido opositor liberal Jomhouri, Nejib Chebbi, en declaracions a la radio estatal.


“Este día marca la muerte del proceso democrático en Túnez. El gobierno debe irse”

Nejib Chebbi


Una multitud se reunió fuera del hospital del suburbio capitalino de Ariana, adonde fue llevado el cuerpo del político. Pese a una gran presencia policial y de soldados, numerosos exaltados rompieron autos y ventanales del centro médico.


Rached Ghannouchi, el líder de Ennahda, dijo que el asesinato de Brahmi tenía como objetivo “detener el proceso democrático de Túnez y matar el unico model exitoso en la región, epecialmente después de la violencia en Egipto, Siria y Libia”.


El 3 de julio pasado, el presidente egipcio, el islamista Mohamed Mursi, fue derribado por un golpe de Estado militar, en un acontecimiento que puso en guardia a otros partidos islamistas que llegaron al poder en sus países tras elecciones posteriores a la Primevera Arabe.


Brahmi aplaudió el golpe en Egipto.


Mustapha Ben Jaafar, el presidente de la Asamblea Constituyente, donde Brahmi tenía una banca, anunció un día de duelo nacional para mañana por la muerte del dirigente.


La mayor central sindical de Túnez, la UGTT, convocó para mañana a una huelga general, en protesta por el aesinato, y su secretario general, Hussein Abbasi, predijo que el crimen conducirá al país a “un baño de sangre”.


El gobierno acusa a islamistas radicales del asesinato de Belaid de febero pasado, y dice que seis sospechosos aún están prófugos pero que pronto revelará sus nombres.


La muerte de Belaid provocó la renuncia del anterior primer ministro y un reestructuración del gabinete.


El nuevo asesinato de hoy llega en momentos en que la transición tunecina se acerca a otro momento importante. Una nueva Constitución para la nación de 11 millones de habitantes será votada en los próximos días, luego de su elaboración en la Constituyente de la cual participó Brahmi.


El premier Larayedh prometió esta semana que antes de fin de año habrá elecciones presidenciales. (Télam)



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