La canciller Angela Merkel de la Unión Democrática Cristiana (CDU) se perfila como favorita para obtener su tercer mandato al frente de la principal potencia europea, en un comicio central para el futuro de la Unión Europea (UE) y la zona euro.
A pesar del claro favoritismo de la conservadora Merkel, el crecimiento del principal partido de la oposición, el Socialdemócrata (SPD) del candidato Peer Steiubruck, no permite perfilar en las encuestas una mayoría clara entre las posibles coaliciones, por lo que el resultado se mantiene abierto.
El domingo 22 de setiembre, los 62 millones de alemanes habilitados para votar (no es obligatorio) elegirán al menos a 598 diputados (dado que la cantidad podría aumentar por la particularidad del sistema alemán), quienes conformaran las 18va legislatura del Bundestag (cámara baja).
De ahí en más comenzaran las negociaciones para que los diputados decidan por mayoría absoluta al canciller por los próximos cuatro años.
Tras ocho años en el poder, Merkel, quien lanzó su campaña el 13 de agosto en medio del escándalo de espionaje Prism (el programa revelado por el ex “topo” Edward Snowden con el que EEUU espiaba a distintos países en todo el mundo), continúa siendo la figura política más popular en Alemania con un índice de aprobación del 58%.
Desde entonces y hasta el sábado 21 cuando cierre su campaña con dos actos (en Berlín y en su bastión de Stralsund, sobre el Báltico), Merkel acumulará un total de 56 actos, sólo interrumpidos por su participación en la cumbre del G20 en San Petersburgo del 5 y 6 setiembre, según el detallado cronograma difundido por su partido.
Merkel, de 59 años y que obtiene el 39% de intención de voto en los sondeos, se jacta de que durante su mandato Alemania, a diferencia de sus vecinos europeos, no sufrió los nocivos efectos de la crisis económica de la zona euro e hizo hincapié en su campaña en la política social alemana y sus medidas contra el desempleo
La canciller, que gobierna en coalición con la Unión Cristiana y Social (CSU) y los liberales del partido Democrático Liberal (PDL), socios minoritarios de la coalición y que podrían quedar fuera del Parlamento, tiene en Peer Steinbruck a su principal rival.
Conocido por su verborragia, el líder socialdemócrata de 66 años, fue ministro de Economía del primer gobierno de Merkel entre 2005-2009.
Steiubruck, quien tímidamente criticó las políticas de austeridad promovidas por Merkel en Europa y propone otras para incentivar el crecimiento, logró reponerse a un inicio de campaña con varios pasos en falso, como por ejemplo afirmar que el salario mensual de un canciller (20.942 euros) no le alcanzaría para vivir.
En las últimas semanas, una serie de participaciones televisivas le permitieron descontar de 30 a 11 los puntos porcentuales de diferencia en las encuestas para traer suspenso al favoritismo de la “Dama de Hierro” alemana, como la apoda la prensa europea.
No obstante, en una campaña considerada aburrida y sin un debate de fondo entre los candidatos, Steinbruck aportó carisma y humor, aunque podría dilapidar su remontada por una foto.
El diario de centroizquierda Süddeutsche Zeitung publicó ayer en su portada una imagen blanco y negro donde Steinbruck muestra su dedo mayor (claro gesto de “fuck you”) en desaprobación por haber sido comparado con el italiano Silvio Berlusconi.
La foto generó revuelo en Alemania y críticas desde su propio partido.
“Para hablar claro no siempre se necesitan palabras. Por ejemplo cuando nos consultan sobre temas aburridos y no sobre temas importantes”, publicó Steinbruck en su cuenta de Twitter antes de la publicación de una entrevista donde debió responder con gestos.
En todo caso, el provocador gesto del socialdemócrata no deja de ser inoportuno ya que es reprobado por el 62% de los alemanes, quienes, además, dudan sobre la capacidad del socialdemócrata para dirigir el país (65%), según encuestas conocidas hoy.
Las encuestas auguran una escueta mayoría para la coalición gobernante CDU/CSU/PDL (44%), lo que reduciría notablemente su margen de maniobra, frente a la coalición alternativa que conforman los Socialdemócratas (28%) con los ecologistas Verdes (10%).
La eventual gran coalición entre socialdemócratas, Verdes y el partido Die Linke (La Izquierda), que cuenta con el 8% de intención de voto, fue descartada por los propios interesados, quienes de esta forma abortaron la posibilidad de que por primera vez en la historia Alemania sea dirigido por un gobierno de izquierda.
Los Verdes y Die Linke son los únicos dos partidos que criticaron abiertamente las políticas de rescate económico a cambio de políticas de austeridad presupuestaria promovidas por Merkel en Europa.
Una gran mayoría de alemanes pretenden una gran coalición entre democristianos y socialdemócratas, un escenario que también atrae a los socios europeos de la potencia europea, quienes pretenden a una Alemania fuerte para que asuma con mayor respaldo la carga de la crisis europea.
Esta situación ya se dio durante el primer gobierno de Merkel (2005-2009), pero fue descartada por Steinbruck.
“¿Por qué deberíamos ser otra vez los lacayos de Merkel?, se preguntó el socialdemócrata.
Mañana tendrá lugar un anticipo de la elección federal, cuando se realice la elección legislativa en la poderosa región de Baviera, un bastión conservador.
Más allá del entramado regional, si en la elección bávara la CSU, aliado natural del partido de Merkel, obtiene la mayoría absoluta como anuncian las encuestas, los demócratas cristianos podrán explotar esta victoria.
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