sábado, 14 de septiembre de 2013

Los rebeldes sirios rechazaron el acuerdo alcanzado por Estados Unidos y Rusia

El opositor Ejército Libre Sirio (ELS) rechazó el acuerdo para que Damasco ponga su arsenal químico bajo control internacional, y aseguró que sus tropas seguirán luchando contra el gobierno.


reveldes


“No estamos interesados en ninguna parte de la iniciativa porque nosotros no tenemos armas químicas. Mis colegas y yo continuaremos los combates hasta la caída del régimen”, afirmó el jefe del ELS, Salim Idris en una conferencia de prensa desde Estambul.


Idris rechazó que el acuerdo no tome en cuenta al pueblo sirio ni el armamento convencional.


“Es como si la sangre de los sirios fuera un puente para destruir solo las armas químicas”, se quejó el líder opositor, quien consideró que no es posible que “un criminal entregue la herramienta del crimen y se le deje libre. Hay que llevar a (Bashar) al Assad ante tribunales internacionales”.


El líder opositor desconfía de Rusia porque “es socio en el asesinato de los sirios: Vemos en la iniciativa una estrategia para ganar tiempo y encontrar una salvación para el régimen criminal”, afirmó Idris citado por la agencia de noticias EFE.


Si bien rechazó el acuerdo de Rusia y Estados Unidos, afirmó que no piensan obstaculizar el trabajo de los técnicos que lleguen para inspeccionar el desmantelamiento del arsenal químico “pero no va a haber un alto el fuego”, anticipó.


Sobre la cumbre de Ginebra II para alcanzar la paz en Siria, sostuvo que no acudirán a menos que les den “garantías de que Bashar y su banda criminal no tendrán un sitio en Siria” en el futuro.


La cumbre de Ginebra II, cuya fecha se fijará a fin de mes, tiene el objetivo de alcanzar un acuerdo de paz entre los opositores sirios y las autoridades de Damasco para salir de la guerra civil que comenzó hace más de dos años y acumula un saldo de más de 100.000 muertos y al menos 2 millones de refugiados.


Para que la cumbre pueda realizarse es necesario que ambas partes estén representadas.


Las declaraciones de Idris vienen a cuenta del acuerdo anunciado hoy por el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, para el desmantelamiento del arsenal químico de Siria.


Después de tres días de reuniones en Ginebra, Washington y Moscú, acordaron un plazo más corto que los normalmente establecidos en la Convención para la Prohibición de Armas Químicas para deshacerse de su arsenal.


Por lo tanto, para noviembre próximo deberá completarse la inspección de los lugares de almacenamiento y producción que se declaren y para ese mismo mes se destruirán los equipamiento de fabricación y mezcla de sustancias tóxicas.


El conflicto en Siria comenzó a principios de 2011 como una protesta pacífica contra el gobierno cuyo partido lleva más de medio siglo en el poder.


Con el correr de los días y los enfrentamientos, el reclamo inicial de una apertura democrática se convirtió en una sangrienta lucha entre las fuerzas armadas y distintos grupos de insurgentes armados, entre los que hay mercenarios extranjeros y miembros de Al Qaeda que tratan de controlar territorios.


La tensión se elevó cuando un grupo opositor denunció que el 21 de agosto el gobierno usó armas químicas en un ataque, acusación que Siria negó categóricamente al tiempo que afirmó que fueron sus soldados quienes hallaron gases tóxicos en un refugio de los rebeldes.


Ante las denuncias, Estados Unidos comenzó a planificar un ataque militar junto a sus aliados, aunque sin pruebas, con el rechazo de gran parte de la comunidad internacional.


En un imprevisto giro en los acontecimientos, Rusia propuso el lunes que su aliada Siria entregue las armas químicas para ser supervisadas, Damasco aceptó y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, decidió esperar mientras se intenta resolver por la vía diplomática.



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