martes, 17 de septiembre de 2013

Latinoamérica vive una revolución educativa

América Latina vive una profunda revolución educativa producto de la llegada de una primera generación de jóvenes provenientes de sectores populares a los secundarios, la transformación de las relaciones de género y de la propia adolescencia, aseguró el educador y profesor de la Universidad París Descartes, Danilo Martuccelli.


argentina elecciones


De paso por Argentina para participar del Seminario Internacional Los Jóvenes y la Escuela Secundaria, Martucelli, quien nació en Perú, estudió en la universidad argentina en Córdoba y se doctoró en La Sorbona en Francia, afirmó que “más que formar ciudadanos, la escuela tiene hoy que acoger a los jóvenes y ejercitarlos en la ciudadanía”.


Autor de más de cuarenta trabajos sobre pedagogía, el académico describió el estado de situación de los adolescentes en la mayoría de los países latinoamericanos donde “si bien son considerados miembros plenos de las comunidades carecen de derechos políticos”.


Mencionada Argentina como excepción, ya que en el país los jóvenes pueden votar a partir de los 16 años, el especialista desestimó las razones por las cuales se tiende a restringir este derecho porque “es una anomalía democrática”, sostuvo.


Una segunda caracterización de los adolescentes es que este derecho a ser estudiantes de escuelas secundarias les brinda una “condición estatutaria” cuyo beneficio será “a futuro y en otro escenario”, que sería el laboral, “lo cual para los chicos no termina de ser claro el beneficio actual”.


“Ahora bien, aunque su participación política es muchas veces desestimada, sí son considerados actores culturales y es desde allí donde producen las transformaciones de sus relaciones sociales”, precisó.


Y añadió: “estas transformaciones culturales se dan en ruptura con las generaciones anteriores, no por su condición de adolescentes, sino porque hubo una revolución tecnológica y un incremento de las industrias culturales como nunca antes”.


“En este contexto- señaló- los jóvenes tienen experiencias formadoras y educativas por fuera de la escuela que construyen una parte importante de su personalidad y que pueden contribuir al sentimiento de que la escuela no tiene sentido”.


Según el especialista, “esta pérdida del monopolio de la escuela en la apertura cultural de los adolescentes causada por su acceso al conocimiento a través de otras fuentes tensa las relaciones con los adultos y hace que los jóvenes exijan más democratización”.


Además del cambio en las relaciones interpersonales, los adolescentes demandan mayor participación en el ámbito escolar que, según el educador, “muchas veces es propuesta desde el discurso pero después son pocas las cosas que estamos dispuestos a negociar con ellos. Entonces volvemos a caer en que formamos ciudadanos para mañana y no para hoy”.


“Para transformar esto es necesario una verdadera ruptura con la ‘formación cívica’, de corte patriótico y moral proveniente de una época con otras necesidades, y generar una educación ciudadana que les permita buscar los fundamentos morales de lo que hacen”, sostuvo.


Para esto, Martuccelli propuso “partir de los dilemas y temas de los adolescentes, enseñar un uso racional de la argumentación explicando que no todos los argumentos son válidos y fomentarles tener un punto de vista crítico que les permita defender sus opiniones, aún en contra de las que tiene la mayoría”.


“El ejercicio de la ciudadanía escolar es una caja negra a la que muchos le temen, porque implica cambios en la filosofía de las instituciones, en las formas de trabajo concreta de los adolescentes e incluso en los proyectos políticos; pero hay que abrirlas porque serán sumamente enriquecedoras, y porque de lo contrario las abrirán ellos”, concluyó.



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