El número de inmigrantes muertos en el naufragio del jueves pasado se elevó hoy a 181, luego de que los equipos de buzos reiniciaran las operaciones submarinas y recuperaran otros 70 cadáveres, entre ellos los de ocho mujeres y un niño.
Según fuentes de la Guardia Costera italiana, los cuerpos fueron trasladados en lanchas a motor a Lampedusa, al mismo hangar donde hace ya días esperan en féretros los otros 111 cuerpos recuperados, listos para ser enterrados, informó la agencia de noticias EFE.
El equipo de buzos recuperó los cuerpos de entre los restos del barco, que yace en el fondo del mar a más de cuarenta metros de profundidad y a alrededor de un kilómetro de las costas de Lampedusa.
El operativo de la Guardia Costera se reanudó hoy, luego de dos días de malas condiciones meteorológicas que hicieron imposible la búsqueda submarina.
Según los testimonios de los 155 supervivientes, en el barco, que partió de un puerto libio con destino a las costas europeas, viajaban unas 518 personas, por lo que bajo el agua puede haber todavía casi doscientos cadáveres más.
En su tradicional Angelus, el papa Francisco recordó hoy la muerte de los inmigrantes africanos en las costas italianas, a la que había calificado como una “vergüenza” días atrás.
“Querría recordar junto a vosotros a las personas que perdieron la vida en Lampedusa el pasado jueves. Recemos todos en silencio por estos hermanos y hermanas nuestros, mujeres, hombres, niños. Dejemos llorar a nuestro corazón, recemos en silencio”, dijo Francisco.
En tanto, en Roma el primer ministro italiano, Enrico Letta, anunció hoy que el próximo miércoles el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se desplazará hasta la isla para comprobar lo ocurrido.
El gobierno italiano culpa del aumento de naufragios y tragedias a la Unión Europea y su política migratoria, mientras que Bruselas sostiene que es responsabilidad de Roma.
La ministra de Integración italiana, Cécile Kyenge, visitó hoy a los inmigrantes alojados en el centro de primera recepción de Lampedusa, que se encuentra desbordado.
Kyenge, de origen congoleño, aseguró que la ley de inmigración italiana no puede ser “punitiva” y anunció su intención de elevar, en un primer momento, a 16.000, y luego a 24.000, el número de camas en los centros de recepción de inmigrantes.
Actualmente solamente cuentan con 8.000 camas.
Sin embargo, esta propuesta no tiene en cuenta ninguna de las causas y consecuencias más graves de la situación en los países de origen de los inmigrantes y en las naciones receptoras, como Italia y la Unión Europea en su conjunto.
Los 155 inmigrantes rescatados recibieron atención médica, una cama y alimentos, pero también fueron acusados el viernes por la Fiscalía de Sicilia por el delito de “inmigración ilegal”, por lo que podrían ser multados con 5.000 euros y expulsados de la isla de vuelta a sus países de origen, en este caso, Eritrea y Somalia.
En cambio, Roma decidió otorgar la ciudadanía italiana a todos aquellos que fallecieron en el naufragio del jueves pasado y que serán enterrados en un cementerio en Sicilia.
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