El gobierno italiano busca descomprimir la situación generada después de que al menos 111 inmigrantes ilegales murieran al incendiarse una barcaza. Debate sobre las política migratoria.
El naufragio de una barcaza con unos 500 inmigrantes ilegales, de los que al menos 111 murieron, generó un caos en el centro de refugiados de Lampedusa y reflotó las críticas de Italia y España por la falta de políticas activas de Europa para encontrar una solución a tan delicado tema.
El Papa Francisco, quien ayer calificó de “vergüenza” el naufragio que dejó decenas de inmigrantes muertos y desaparecidos, afirmó hoy que al mundo “no le importa que haya gente que debe escapar de la esclavitud y del hambre buscando la libertad, y con cuánto dolor vemos que encuentran la muerte”.
La tragedia se generó cuando los inmigrantes, todos provenientes de Eritrea -que viajaban en la embarcación- encendieron una hoguera para indicar su posición, pero las llamas se propagaron rápidamente por la cubierta, en la que se estima que había unas 500 personas.
En busca de descomprimir la caótica situación en el centro de refugiados de Lampedusa, las autoridades italianas trasladaron hoy a 100 inmigrantes hacia un lugar similar de Pozzallo, en la isla de Sicilia.
En el centro de refugiados de Lampedusa, con capacidad para 300 personas, en las últimas horas había más de mil indocumentados, por lo que el traslado de hoy buscó reducir ese número de personas hacinadas.
Este primer grupo de inmigrantes fue trasladado a Puerto Empedocle, con un transbordador de línea con el que a primera hora de la mañana llegaron a Lampedusa los féretros destinados a los cadáveres de los naufragados, informó la agencia de noticias EFE.
La prefectura siciliana de Agrigento todavía no comunicó si se han previsto traslados a través del puente aéreo que comunica la pequeña isla del Mediterráneo con el continente.
“Fueron 155 las vidas salvadas, hasta ahora 111 los cuerpos recuperados”, dijo hoy el ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, en una sesión informativa en la Cámara.
“Algunas víctimas todavía están allí, entre los restos de la embarcación hundida” agregó, subrayando que “será importante ver si hay otros en la bodega” del pesquero. Las tareas de rescate fueron suspendidas provisoriamente debido a las malas condiciones climáticas.
La ministra de Asuntos Exteriores italiana, Emma Bonino, denunció hoy a Europa al afirmar que “la política de inmigración por ahora no es comunitaria. Esperemos que tragedias de este tipo abran los ojos también a otros gobiernos europeos para cambiar esta política”.
Por su parte España -país afectado también por frecuentes olas de inmigrantes ilegales a través de los enclaves de Ceuta y Melilla y de Andalucía- apeló a un “esfuerzo común a nivel internacional y europeo” para evitar que tragedias semejantes se repitan en el futuro.
Sin embargo, frente a las críticas, la Comisión Europea (CE) calificó hoy de “inaceptable” afirmar que la UE no hizo nada o no lo suficiente para evitar tragedias con inmigrantes indocumentados como la de Lampedusa, y subrayó que las responsabilidades están claramente definidas y también toca a los Estados miembros hacer más esfuerzos.
Para Italia el análisis no es igual, y así lo hizo saber Alfano, dirigiéndose directamente al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, quien anunció que visitará el lugar de la tragedia.
“Le enseñaremos que esta isla es verdaderamente la puerta de entrada a Europa”, dijo Alfano antes de agregar que “Italia levantará su voz en Europa para modificar los acuerdos de Dublín (Convención de Dublín) que carga demasiado a los países con mayor ingreso de inmigrantes”.
En tanto, para el ministro de Infraestructuras italiano, Maurizio Lupi, “llegó la hora de que Italia levante la voz en Europa. No podemos seguir afrontando este problema solos. La UE tiene que moverse con nosotros”.
El portavoz de Interior de la CE, Michele Cercone, respondió que “los Estados miembros tienen que contarnos sus prioridades, sus necesidades y sus problemas” con la llegada de inmigrantes indocumentados, refugiados y solicitantes de asilo.
“No podemos imponer cosas desde Bruselas con respecto a operaciones de la Agencia de Control de Fronteras Exteriores (Frontex) o expertos en oficinas de asilo, necesitamos las consideraciones de los Estados miembro”, enfatizó Cercone.
Frontex, que cuenta con un presupuesto de unos 85 millones de euros, de los que 50 millones se destinan a misiones operativas, incluidas dos en Italia, salvó 16.000 vidas en el Mediterráneo en los últimos dos años, indicó.
Según datos de la oficina comunitaria de estadística Eurostat, Italia no es el país con más presión de refugiados, señalaron -por su parte- fuentes comunitarias.
Los mayores países receptores son Alemania, Francia, Suecia, Reino Unido y Bélgica, que recibieron al 70% de los demandantes de asilo en 2012, mientras que Italia viene algo después, con unos 17.000 solicitantes.
Durante la reforma del sistema de asilo común y de su reglamento “Dublin II”, fracasó el intento de procurar más solidaridad para aliviar la presión sobre los países que más inmigrantes indocumentados reciben. “Una mayoría en el Consejo estaba en contra”, recordó Cercone devolviendo la responsabilidad a Italia y España.
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