domingo, 16 de marzo de 2014

La suerte esta echada: Crimea vota si se une a Rusia

Los habitantes de la península prorrusa de Crimea votarán en referendo si se separan de Ucrania y se reunifican con Rusia, una decisión que se da por descontada y que promete profundizar uno de los conflictos más graves entre Moscú y Occidente desde la Guerra Fría.


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Las nuevas autoridades antirrusas de Ucrania, Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y la OTAN ya advirtieron al presidente ruso, Vladimir Putin, que la consulta es “ilegal” y no reconocerán su resultado, pero Moscú defiende el derecho a la autodeterminación de los crimeos, de los cuales el 60% es rusoparlante.


Luego de infructuosos esfuerzos por detener la votación, Occidente planea imponer sanciones “muy serias” a Rusia por lo que el presidente norteamericano, Barack Obama, describió esta semana como insistencia en desestabilizar al nuevo gobierno de Ucrania y alimentar las tensiones entre quienes se le oponen.


Tanto Kiev como Moscú han dicho que no quieren ir a una guerra, pero la consulta podría fácilmente degenerar en hechos de violencia entre distintas etnias locales y en más enfrentamientos entre detractores y partidarios de Rusia como el que anteayer dejó un muerto en la ciudad de Donetsk, en el este prorruso de Ucrania.


Luego de los choques en Donetsk, que dejaron 29 heridos, la Cancillería rusa reiteró la advertencia hecha por Putin el 1 de marzo pasado de que Rusia se reserva el derecho de usar la fuerza militar para proteger a los rusos en Ucrania, lo que equivale en la práctica a una clara amenaza de intervención militar.


Ucrania ha reconocido carecer de Fuerzas Armadas capaces de hacer frente a Rusia, pero al mismo tiempo declaró que se reserva el derecho de pedir ayuda “a cualquier Estado o sistema regional de seguridad colectiva”, en alusión a la OTAN, que ya ha advertido a Rusia que respete la soberanía e integridad territorial ucraniana.


El referendo se celebrará mientras en el territorio siguen desplegados miles de militares sin distintivo, que Kiev considera de procedencia rusa y cifra en más de 30.000 efectivos, en unidades militares, enclaves estratégicos y nudos de transporte.


Además, dos veces en los últimos dos meses, Rusia movilizó miles de soldados y decenas de tanques y aviones hacia la frontera de Ucrania para lo que Occidente describe como una táctica intimidatoria disfrazada de ejercicios militares.


Crimea es una pieza esencial en la política de expansionismo, con la mirada puesta en una salida al Mar Mediterráneo, desarrollada por Rusia desde el siglo XIX, y en su puerto de Sebastopol tiene Rusia su flota del Mar Negro, la más poderosa de su Armada, en virtud de un acuerdo que sin embargo vence en 2024.


Un eventual anexión de Crimea a Rusia agravaría dramáticamente el conflicto internacional por Ucrania, que en sí mismo es una derivación, inesperada para muchos, de una crisis política interna que comenzó en noviembre pasado y terminó con la destitución del presidente ucraniano, el prorruso Viktor Yanukovich.


Las autoridades antirrusas que lo reemplazaron denunciaron, hace dos semanas, que miles de soldados rusos invadieron Crimea y que controlan las zonas más sensibles de la península.


Rusia dice que esos soldados, que están encapuchados, son brigadas locales de autodefensa, pero la desmentida quedó desacreditada luego de que medios publicaran fotografías de vehículos militares con patentes del Ejército ruso y de otras marcas rusas en los profesionales uniformes y equipos de las tropas.


La crisis política que terminó con Yanukovich expresó una vieja disputa por la identidad de Ucrania, un país del tamaño de Francia profundamente dividido entre ucranioparlantes que quieren acercarse a Europa y rusoparlantes que defienden los históricos lazos culturales con Rusia.


Moscú no reconoce a las nuevas autoridades de Ucrania y las acusa de haber dado un golpe de Estado y de atizar la discriminación y el hostigamiento contra los rusos. Estados Unidos ha pedido a Rusia que inicie contactos diplomáticos con Kiev como forma de distender la situación.


Esta semana, el Parlamento separatista ya declaró de facto la independencia del territorio de Ucrania, paso que los separatistas consideran imprescindible para la formalización jurídica de la integración en la Federación Rusa.


Aunque sea por un breve plazo de tiempo, nada más se confirme la victoria de la opción rusa en el plebiscito, Crimea se considerará una república independiente, democrática, secular y multinacional, que incluirá a Sebastopol, donde está la flota rusa del mar Negro.


Seguidamente, las autoridades de la nueva república se dirigirán a la Duma, el Senado y a Putin para que acepten a Crimea. Aún no está claro qué hará Moscú.


Putin ya ha dicho que Rusia no tiene intención de anexionarse a Crimea, y distintos diarios cercanos al Kremlin han advertido recientemente contra esa decisión.


En un antecedente reciente, Osetia del Sur y Abjazia, que se separaron de Georgia luego de una breve guerra entre esta y Rusia en 2008, fueron reconocidas como independientes por Moscú, pero el Kremlin rechazó sus llamados a anexionárselas.



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