Rusia estrecha el cerco sobre Crimea mientras la ONU y Europa buscan una salida diplomática

Moscú, el gran aliado del gobierno de la provincia ucraniana de Crimea, y Kiev, volvieron a mostrarse los dientes, mientras las Naciones Unidas y Europa buscaban salidas diplomáticas al conflicto para tratar de evitar una confrontación bélica.

Barcos de las flotas del Báltico y del Norte se sumaron a los de la flota del mar Negro que ya se encuentran rodeando el puerto crimeano a la espera de órdenes, según indicó el servicio de guardacostas de Ucrania.

La misma fuente, agregó la agencia de noticias Efe, aseguró que continúan concentrándose blindados rusos y militares en torno al punto de conexión martítima entre Crimea y el Cáucaso.

Por su lado, un vocero del gobierno proruso de Crimea afirmó que  la base 204 de las Fuerzas Aéreas de Ucrania, con 800 soldados equipados con 45 cazas y 4 aviones de instrucción, pasó a estar desde hoy al mando de este gobierno provincial, no reconocido por Kiev.

“La comandancia de la base 204 de Belbek -en las afueras de Sebastopol- anunció que se pasa al lado del pueblo crimeo”, precisó la agencia rusa Interfax.

El nuevo presidente proruso de Crimea, Serguéi Axiónov, al que no reconoce Kiev, se arrogó el sábado el mando sobre todos los soldados ucranianos destacados en la península y anunció ayer la creación de la Marina de Guerra de esta provincia autónoma.

Los guardacostas ucranianos denunciaron también una fuerte presión de los militares rusos sobre la guardia fronteriza en Crimea para que se pasen al gobierno proruso local, con el empleo de la fuerza física y métodos psicológicos.

Los guardafronteras ucranianos siguen en sus puestos en el punto fronterizo de Krim (Crimea), rodeado por un centenar de militares rusos, y en el aeropuerto de Simferópol, capital de la península que se declaró en rebeldía contra las nuevas autoridades de Ucrania.

Asimismo, tropas rusas bloquean la sede de la dirección regional guardafronteras de los mares Negro y Azov, los destacamentos de Simferópol y Kerch, y los puestos de la guardia marítima de Kerch y Sebastopol, según las autoridades ucranianas.

También tomaron el control total del puerto de Kerch, conexión marítima entre Crimea y Rusia a través del estrecho de ese nombre.

La Guardia de Fronteras de Ucrania declaró que sus navíos  salieron a mar abierto en estado de alerta de combate para proteger objetivos militares ucranianos, después de que Kiev asegurara que Rusia había enviado 6.000 soldados adicionales a Crimea.

El Ginebra, Rusia, que califica al nuevo gobierno de Ucrania como ultraderechista y xenófobo, afirmó ante la ONU que las tropas desplegadas en la provincia autónoma ucraniana de Crimea se mantendrán hasta que los derechos de la minoría rusa sean respetados.

“Los que han tomado el poder en Ucrania están imponiendo su victoria para atacar los derechos fundamentales de los rusos.

Hay que defenderse de esta agresión”, declaró Lavrov ante la vigésimo quinta sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que se celebra en Ginebra.

El canciller ruso explicó que el gobierno interino de Ucrania, encabezado por Alexander Turchinov, quien hoy tiene previsto viajar a la capital de Crimea, “quiere acabar con los derechos legítimos de la minoría rusa”.

Mientras tanto, la agencia de noticias Efe apuntó que en Kiev el primer ministro de Ucrania, Arseni Yatseniuk, aseguraba que “Crimea no se entregará a nadie” y advirtió que las autoproclamadas autoridades prorusas de esa provincia autónoma serán responsables ante la ley ucraniana por sus acciones.

Luego, Yahseniuk arremetió contra la intervención rusa. “No ha habido, no hay, ni habrá motivos para el uso de la fuerza contra los ucranianos ni para el despliegue de un contingente militar ruso”, afirmó Yatseniuk, quien asumió su puesto la semana pasada, tras la caída del proruso Viktor Yanukovich.

En cambio, para Lavrov los que gobiernan en Kiev son “radicales antidemocráticos” que tomaron el poder de forma ilegítima y por ello la Federación Rusa considera que tiene el deber de “defender” a los “hermanos rusos” residentes en Ucrania.

Mientras tanto, manifestantes prorusos irrumpieron hoy en la sede de la Delegación del Gobierno central de Ucrania en Donetsk y en el Parlamento regional de Odessa (Mar Negro), en el este y el sur del país.

En Donetsk, patria chica del depuesto presidente Yanukovich, un centenar de manifestantes tomaron el patio interior de la Delegación.

Mientras tanto, miles de personas se concentraron frente a la administración regional del Estado en Donetsk para expresar su rechazo al nombramiento ayer del nuevo delegado del gobierno central para esta región, Serguéi Tarut.

En Odessa, los asaltantes irrumpieron en la cámara cuando se estaba celebrando una sesión, armados con cachiporras y protegidos con cascos, tras romper algunas puertas y ventanas.

Alrededor de 700 manifestantes exigieron a los diputados regionales que desobedezcan a las nuevas autoridades de Kiev, a las que acusan de haber tomado el poder en un golpe de Estado cuando depusieron hace nueve días al entonces presidente ucraniano Yanukovich.

Los simpatizantes de la organización local “Alternativa Popular”, convocante del mitín proruso, arriaron la bandera ucraniana del edificio e izaron una rusa en su lugar.

Ante la escalada militar en Crimea, el secretario general de la ONU, Ban Ki moon, demandó hoy que se preserven la “independencia, la seguridad, y la integridad territorial” de Ucrania.

Ban, haciéndose eco de la posición asumida por la Unión Europea, solicitó a las partes en conflicto que no lleven a cabo “ningún acto que eleve aún más la tensión en la zona y que se comprometan a un diálogo constructivo”.

El secretario general, que participa en la reunión de Ginebra, explicó en rueda de prensa que hoy mantendrá un encuentro con el canciller ruso, Serguéi Lavrov, y le planteará que es esencial “reducir la tensión” en la zona.

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