El mandatario resultó reelecto por el Parlamento por otros siete años y ahora buscará formar gobierno. Adviritó a los partidos que si no hay acuerdo expondrá las consecuencias al país.
El reelecto presidente de Italia, Giorgio Napolitano, juró hoy su cargo y pidió la colaboración de los partidos para la dura tarea de tratar de hallar un candidato que pueda formar gobierno, cuatro meses después de unos comicios sin claro ganador que sumieron al país en la parálisis política.
En un discurso ante el Parlamento tras su investidura, el primer presidente reelecto en la historia de la República subrayó la necesidad de sacar a Italia de la crisis institucional y de que la tercera economía de la zona euro emprenda las reformas que la devuelvan a la senda de la estabilidad fiscal y el crecimiento.
En medio de una crisis que aún hace estragos en el Viejo Continente, Napolitano, de 87 años, llamó a las fuerzas parlamentarias a “hacer progresar a una Europa unida, contribuyendo a definir y respetar las exigencias de sostenibilidad financiera y estabilidad monetaria”.
También les pidió aprobar el resto de las reformas pendientes, entre ellas la de la ley electoral, a cuyas peculiaridades se atribuyen muchos de los recurrentes problemas políticos que enfrenta Italia desde hace décadas.
Napolitano, quien fue elegido el sábado pasado en la sexta votación ante la falta de acuerdo sobre su sustituto, dijo que su reelección el totalmente legítima, pues no la descarta la Constitución, a pesar de que es la primera vez que se produce en el país.
“Era necesario ofrecer al país y al mundo una señal de cohesión nacional, de vitalidad institucional y de voluntad de dar una respuesta a nuestros problemas y encontrar una renovada confianza en nosotros mismos y hacia nosotros a nivel internacional”, indicó Napolitano, según informó la agencia de noticias EFE.
Hasta que Napolitano aceptó seguir en el cargo, el mismo sábado de su elección, la incapacidad del Parlamento de designarle un sucesor resultó en la implosión de la centroizquierda, cuyo líder, Pier Luigi Bersani, renunció.
También reforzó la posición del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), que fue la sensación de los comicios de febrero pasado haciendo campaña contra la clase política, que quedó aún más desprestigiada luego de que los partidos no pudieran formar una coalición de gobierno.
Napolitano también consolidó su poder tras la indefinición sobre su reemplazante, ya que como presidente saliente tenía las manos atadas, en términos de sus potestades constitucionales.
Ahora no sólo tiene la atribución de convocar elecciones anticipadas, algo que no quiere la mayoría de los partidos, sino que además se estima que obtuvo un fuerte compromiso de colaboración las fuerzas políticas a cambio de revertir su conocido deseo de no presentarse a una reelección.
Se espera que el mandatario mantenga mañana una primera ronda de consultas con líderes partidarios y que después encargue formar gobierno a algún potencial primer ministro, posiblemente este mismo miércoles, según informó hoy la prensa local.
Los analistas afirman que el octogenario presidente se inclina por una coalición de gobierno entre la centroizquierda, la centroderecha del ex primer ministro Silvio Berlusconi y la fuerza centrista del premier saliente Mario Monti.
El líder del M5S, Beppe Grillo, se opuso al acuerdo que permitió la reelección de Napolitano y sería la principal fuerza de la oposición.
En su discurso de investidura, el presidente lanzó una advertencia a los partidos.
“Llevé a cabo todos los esfuerzos posibles de persuasión, que fueron en vano por la insensibilidad de las fuerzas políticas, que, pese a todo, acabaron pidiéndome que asuma una ulterior carga de responsabilidad para sacar a las instituciones de este punto muerto fatal”, afirmó Napolitano.
“Pero tengo el deber de ser franco: si me encuentro de nuevo ante insensibilidades como aquellas contra las que choqué en el pasado, no dudaré en exponer las consecuencias ante el país”, agregó.
Napolitano juró su segundo mandato como presidente de Italia y buscará destrabar la crisis política
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