Una multitudinaria manifestación recorrió las principales arterias de la capital en rechazo a los planes de la Comunidad de Madrid de privatizar la gestión de seis hospitales y 27 centros de salud.
Decenas de miles de personas participaron ayer en la denominada Marea Blanca -en alusión al color de los guardapolvos de los médicos- para reivindicar una salud pública gratuita y de calidad.
Usuarios y profesionales, en su mayoría ataviados de blanco, se sumaron a esta nueva protesta pacífica, convocada por varias organizaciones sindicales bajo el lema “La salud pública no se vende, se defiende”.
La marcha, la quinta en lo que va de año, comenzó en la céntrica plaza de Cibeles, donde confluyeron varias columnas que partieron desde diversos hospitales de la región, y culminó en la emblemática Puerta del Sol.
En un manifiesto leído al término de la movilización, sus promotores acusaron al Ejecutivo madrileño, dirigido por el derechista Partido Popular (PP) -que también está al frente del Gobierno español- de montar un “kiosquito” en beneficio de los especuladores.
Este plan de privatización fomenta la exclusión sanitaria de los más desfavorecidos y en lo único que es eficiente es en trasladar el dinero del bolsillo de los ciudadanos a las empresas que gestionarán los centros, denunció el manifiesto, según despacho de Prensa Latina.
Los impulsores de la Marea Blanca exigieron la dimisión del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y de su consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty.
El pasado 27 de diciembre, la Asamblea madrileña (Parlamento regional) dio luz verde a una controvertida norma que permitirá la privatización de seis clínicas y del 10% de los centros de atención primaria de esta región autónoma.
Gracias a la mayoría absoluta del PP, el legislativo autonómico aprobó entonces la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos para 2013.
Esas cuentas contemplan una poda presupuestaria en la salud pública del 7% (casi 2.000 millones de euros).
Para los convocantes de la protesta, la salud pública española tiene un costo muy inferior a la media europea y mundial, y si se consuman los cambios planteados por los conservadores parte de la población se quedará sin una asistencia adecuada.
El Partido Socialista Obrero Español, inició el viernes una “ofensiva” nacional para denunciar la política de recortes y privatizaciones aplicada por el gobierno conservador de Mariano Rajoy.
Esta campaña coincide con el primer aniversario de la aprobación, el 20 de abril de 2012, de un decreto del Ejecutivo de PP que estableció un tijeretazo de 7.000 millones de euros en el gasto sanitario y otro de 3.000 millones de euros en la educación.
Una "marea" de protesta recorre Madrid contra la privatización de la salud pública
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