Transcurrieron casi 40 años de dictadura franquista por aquel 1.975 para que la misma finalizara y diera comienzo este nuevo tiempo de democracia. Y 3 años, para llegar a la Constitución amañada del 1.978.
Parece que no hay dudas sobre los arreglos de la época preconstitucional para llegar a un fin donde los puntos de encuentro fueran más que los menos.
Y desde ese 1.978 han transcurrido ya 35 años de ese Constitución que muchos de los españoles y españolas no le dieron el visto bueno por convicción, así como muchos y muchas más, no llegaron a poder opinar simplemente porque no tenían edad para ello.
Ahora, vemos que la Constitución de 1.978 en sus intenciones puede que no fuera mala, pero lo cierto en es que en su finalidad objetiva, los políticos y las políticas la han maltratado humillado, y con ello, han maltratado a los ciudadanos y ciudadanas, han humillado a todo el pueblo español.
Es curioso, los políticos y las políticas que venían de la dictadura, fueron capaces de aunar esfuerzos en pro de la unidad del pueblo español, pero los de la democracia no han sido capaces de desarrollarla de acuerdo con las prioridades del pueblo español y sus ciudadanos y ciudadanas.
La Constitución es intocable para lo que les interesa a los políticos y políticas, eso debemos cambiarlo. La Constitución debe ser moldeable a los tiempos que vivimos y para los intereses de los ciudadanos y ciudadanas del pueblo español, no para los políticos y políticas de turno, que tan solo pasan por el gobierno y se van más tarde o más pronto.
Curiosamente, cuando todos y todas pensábamos que modificar la Constitución era algo imposible, vienen el PP y el PSOE, y de la noche a la mañana, la moldean al interés general del capitalismo más puro y duro. Hay que pagar la deuda pública y privada.
Si después de 35 años de sistema, los españoles y españolas no pueden opinar y decidir sobre su futuro, plasmándolo en una Constitución moldeada a sus necesidades, es que algo está fallando. Falla el sistema.
No estamos fallando los ciudadanos y ciudadanas, están fallando los políticos, y a su vez, éstos hacen que falle el sistema. Solo les interesa que el sistema actual ampare el capitalismo más voraz y depredador, para poder cobrar los interesas por el capital que tengo invertido en la deuda pública y privada.
Nos están fallando y lo saben. Se puede cambiar a mejor y lo saben. Tienen un problema, que no quieren. Luego, tienen otro gran problema, que los ciudadanos y ciudadanas sí que queremos. Y como sí que queremos, vamos a cambiarlo. Aunque para ello tengamos que cambiarles a ellos, que son los que lo están actuando contra el interés social del pueblo español en su beneficio propio.
Tardaremos más o menos tiempo, de eso creo que tampoco nadie tiene dudas. Si transcurrieron casi 40 años para que llegara el fin del franquismo, y han transcurrido desde la aprobación de la Constitución de 1.978, 35 años, posiblemente, tengamos que hacernos a la idea de tener que luchar con los medios legales otros 35 años. Es posible. Podemos y queremos. No le quepa duda alguna.
Por el momento hemos empezado. Los ciudadanos y ciudadanas estamos despertando del aletargo político al que nos tenían sometidos. Solo hay que mirar las calles de España. La evidencia es indiscutible. Y todas aquellas políticas tendentes a frenar ese cambio, serán frenadas en los Tribunales de Justicia competentes.
Los políticos y políticas no son dioses, son representantes del pueblo, que no se les olvide. Deben comportarse como tales, no como sirvientes de un sistema que no funciona. Sus conocimientos deben tender puentes de corto recorrido para el encuentro entre ellos y los ciudadanos y ciudadanas. Las distancias largas no son buenas para estos menesteres.
Moldear, modificar, o cambiar la Constitución. Nos toca elegir a los ciudadanos y ciudadanas. Al político y a la política les toca asumir la voluntad del pueblo, están para eso y no para otra cosa.
Fomentar los derechos y libertades civiles de los ciudadanos y ciudadanas. No mermarlos para que los mismos no puedan ser ejercidos. Un pueblo sin derechos y sin libertades civiles no es un pueblo de ciudadanos y ciudadanas, podrá ser otra cosa.
Actualizar las leyes injustas que vienen del siglo pasado. Moldear, modificar o cambiar, como en el caso de la Constitución. Todos, absolutamente todos debemos estar representados en ese espíritu de pueblo unido, sin que nadie pueda aplastar a nadie.
Los derechos habitacionales y una renta básica deben ser motores del avance social, tanto en su amparo constitucional, como en su desarrollo legislativo. Nunca podremos estar en justicia mientras una persona que no lo desea se ve obligada a dormir al cielo raso. Y nunca podremos estar en justicia mientras una solo persona, tenga la edad que tenga y provenga de donde provenga, no tenga un mínimo de alimentos que llevarse a la boca.
“ Como ha dicho la escritora Lidia Falcón en una charla en relación con una pregunta que le hizo una señora,:
¿Qué hemos hecho mal para estar cómo estamos? Y ella ha contestado:
Mira el Partido comunista acepto al rey y al capitalismo, a la iglesia, a los poderes económicos.
Aquí tienes el principio de nuestra democracia.”
Apunte de mi amigo Fdo. Plaza.-
José Ant. Atienza Gómez.-
Tiempos de recambios
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