A través de un comunicado aseguraron que “la voluntad popular pacífica triunfará sobre la fuerza y la opresión“. Además convocaron a adherir a todas “lasmedidas pacíficas en línea con los preceptos del Islam“.
El movimiento islamista egipcio se negó esta semana a colaborar con las autoridades de facto, que tratan de restaurar la calma y preparar la convocatoria a elecciones para el año próximo luego de haber depuesto a Mursi, de la Hermandad Musulmana, e instalado a un premier provisorio que deberá formar un gobierno de transición.
El golpe de Estado del 3 de julio, que se dio en medio de masivas protestas callejeras para exigir la renuncia de Mursi, abrió grandes fisuras en Egipto y amenaza la estabilidad que el país árabe busca desde la revolución popular que derribó al antecesor de Mursi, el autocrático Hosni Mubarak, tras 30 años en el poder.
Ayer, elevando las tensiones, la Fiscalía General ordenó la captura del máximo líder del grupo, Mohamed Badia, y otros nueve dirigentes por incitar a hechos de la violencia ocurridos esta semana en los que soldados mataron a 51 seguidores de la Hermandad durante una protesta frente a la Guardia Republicana en El Cairo.
“Confiamos en que la voluntad popular pacífica triunfará sobre la fuerza y la opresión”
Comunicado de la Hermandad Musulmana
“Continuaremos con nuestra resistencia pacífica a este sangriento golpe contra la legitimidad constitucional”, dijo hoy la Hermandad en un comunicado.
“Confiamos en que la voluntad popular pacífica triunfará sobre la fuerza y la opresión”, agregó la nota, publicada en la página web del movimiento y citada por la cadena de noticias CNN.
El comunicado se interpretó como un intento de la Hermandad de negar su responsabilidad en hechos de violencia ocurridos en los últimos días en relación con el golpe de Estado, en especial los sucesos frente a la Guardia Republicana y un aumento de ataques extremistas en la península del Sinaí.
En la nota, la Hermandad insistió en que adhiere a las medidas pacíficas en línea con los preceptos del islam.
Ayer, un vocero de la Hermandad condenó los pedidos de captura contra Badia y otros nueve dirigentes del grupo y dijo “volvió la dictadura”, en alusión al antiguo régimen de Mubarak.
Desde Nueva York, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, transmitió hoy a las autoridades egipcias su “grave” preocupación por las detenciones y órdenes de arresto contra líderes de la Hermandad.
Ban llamó hoy por teléfono al canciller egipcio, Mohamed Kamal Amr, a quien recordó las obligaciones internacionales de Egipto y la necesidad de respetar plenamente el derecho a la libertad de expresión y de asociación de sus ciudadanos.
“Le dejó claro que no debe haber espacio para la retribución o la exclusión de ninguna de las comunidades mayoritarias del país y su apoyo a las aspiraciones del pueblo egipcio”, según indicó ante la prensa el portavoz de la ONU, Martin Nesirky.
El paradero de Badia se desconoce.
Sobre los otros buscados, se cree que algunos podrían estar escondidos cerca de un campamento que miles de seguidores de la Hermandad mantienen frente a la mezquita de Rabaa al-Adaweya, en El Cairo, desde hace días para exigir la restitución de Mursi.
Tampoco se sabe adónde está retenido el depuesto mandatario.
Las autoridades de facto dijeron ayer que se encontraba en un “lugar seguro” y que era tratado “muy dignamente”.
También hoy, una alianza integrada por cuarenta movimientos islamistas convocó para mañana a manifestaciones para protestar contra el golpe de Estado y pedir la restitución de Mursi.
En un comunicado difundido también en la página de los Hermanos Musulmanes, los grupos de la llamada Alianza Nacional en Defensa de la Legitimidad Electoral llamaron a marchar bajo el lema “Juntos contra el golpe militar sangriento”.
Además, la coalición expresó su rechazo a la reciente declaración constitucional emitida por el presidente interino, Adly Mansour, que establece un calendario para una reforma constitucional y las elecciones en la etapa transitoria.
La alianza calificó esta declaración de “opresora e inválida”, y tildó de “golpista” al gobierno que el nuevo primer ministro, Hazem Beblawy, está intentando formar desde ayer.
El Ejército dijo que derrocó a Mursi, asumido hace un año, en nombre de los millones de egipcios que salieron a las calles para exigir su renuncia en los días previos al golpe, y para evitar la polarización y un estallido de violencia.
Los partidarios del golpe acusan a Mursi y a la Hermandad de haber monopolizado el poder de manera autoritaria y secuestrado el proceso político abierto en Egipto tras la caída de Mubarak.
En tanto, el premier interino Beblawy, un conocido economista liberal, dijo hoy que necesita más tiempo para formar el gobierno interino que convocará las elecciones el año próximo porque “el país atraviesa un período muy difícil”.
En entrevista con la agencia de noticias EFE, el premier afirmó que no tendrá en cuenta la pertenencia al islamismo en el armado de su gabinete, sino que buscará “la profesionalidad y la credibilidad” de los funcionarios.
“No elijo a un ministro porque sea islamista o no”, recalcó.
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