Nicolás Maduro fue proclamado hoy como presidente electo de Venezuela y acusó implícitamente a la oposición de preparar un golpe de estado, mientras el líder opositor Henrique Capriles Radonski siguió sin reconocer su derrota en las elecciones de ayer y llamó a sus simpatizantes a realizar distintas manifestaciones de protesta.
La mayoría oficialista del Consejo Nacional Electoral (CNE) rechazó el pedido de Capriles para recontar todos los votos y la presidenta del organismo, Tibisay Lucena, rechazó la “injerencia” que, a su juicio, cometieron el gobierno de Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA) al apoyar el reclamo de la oposición.
Asimismo, el canciller, Elías Jaua, manifestó su “contundente y firme rechazo” a la solicitud de su par de España, José García Margallo, de un “recuento rápido de los votos en Venezuela”, y llamó en consulta al embajador en Madrid, Bernardo Alvarez.
“Esperamos que rectifiquen a tiempo; si no, tomaremos medidas ejemplares en todos los órdenes: diplomáticas, económicas y políticas, para quien se mete contra Venezuela”, advirtió luego Maduro y agregó: “Cuidado, España, que somos los hijos de Bolívar que derrotamos a las tropas del rey”.
Capriles, que esta madrugada, apenas conocido el primer corte del escrutinio, afirmó que no reconocía el resultado y reclamó el recuento manual de los comprobantes de todos los votos, reiteró esa postura en un par de declaraciones a la prensa y en varios mensajes escritos en su cuenta de la red social Twitter.
Según el acta leída por Lucena en la ceremonia de proclamación, Maduro obtuvo 7.563.747 sufragios (50,75 por ciento de los votos válidos) y Capriles, 7.298.491 (48,97 por ciento), lo que implica una diferencia de 265.256 sobre un total de 14.967.737 votos emitidos.
Capriles subió su apuesta al pedir formalmente al CNE que aplazara la proclamación de Maduro y, para el caso de que la respuesta fuera negativa, convocar a “un cacerolazo que se oiga en el mundo” para esta noche y a manifestaciones “de manera pacífica” pero “con firmeza” frente a las sedes del poder electoral en todo el país para mañana.
En realidad, ambas formas de protesta se adelantaron al llamado de Capriles. Desde temprano hubo concentraciones de militantes opositores frente a las sedes del CNE en Barquisimeto (capital del estado Lara), Valle de la Pascua (Guárico), San Cristóbal (Táchira), Valencia (Carabobo), Maracaibo (Zulia), Barcelona (Anzoátegui), Barinas (Barinas) y Mérida (Mérida), así como en algunas zonas de Caracas.
Medios locales reportaron al menos 18 heridos por perdigones en Barquisimeto -10 internados en el hospital Antonio María Pineda y otros ocho, en clínicas privadas-, donde efectivos de la Guardia Nacional buscaron disolver la protesta, y la utilización de gases lacrimógenos en el barrio caraqueño Altamira.
Por otro lado, las cacerolas se hicieron oír con fuerza durante los primeros minutos del discurso del mandatario electo apenas fue proclamado, aunque esta práctica es habitual entre adversarios del gobierno cada vez que comienza a hablar el presidente -antes Chávez, ahora Maduro- desde hace más de una década.
En ese discurso, Maduro acusó varias veces a la oposición de pretender “vulnerar” la voluntad popular y la acusó implícitamente de preparar un golpe de estado.
“Quien pretende vulnerar la mayoría en la democracia está llamando a un golpe de estado, y yo denuncio que en Venezuela está en camino un intento de desconocimiento de las instituciones democráticas”, remarcó el presidente electo.
La ceremonia de proclamación pareció reflejar una fractura de hecho dentro del CNE, al ausentarse el único no oficialista de los cinco directores del organismo, Vicente Díaz, quien había hecho a sus pares una solicitud similar a la de Capriles.
“Pedí al CNE que se decidiera la auditoria del 100% antes de la Proclamación. No se ha decidido aún, por eso no participaré en ese acto”, explicó Díaz en su cuenta de Twitter.
Con todo, el sistema electoral y el resultado de los comicios fueron ampliamente reconocidos por la mayoría de los gobiernos y los organismos multilaterales del mundo, y por la misión de “acompañantes” (observadores) de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que asistió al proceso.
Sin embargo, y pese al triunfo, el desempeño electoral de Maduro pareció no conformar a todos los sectores del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) gobernante.
“Profunda autocrítica nos obligan estos resultados, es contradictorio que sectores del Pueblo pobre voten por sus explotadores de siempre”, escribió en su cuenta de Twitter el presidente de la Asamblea Nacional (parlamento) y principal referente del sector nacionalista del oficialismo, Diosdado Cabello.
En tanto, Oscar Schemel, director de Hinterlaces, una de las encuestadoras más próximas al gobierno, afirmó que la caída de la intención de voto por Maduro durante el mes de campaña fue “un récord Guinness”.
Schemel detalló que en dos semanas la ventaja del presidente electo disminuyó de 18 puntos porcentuales a entre ocho y nueve.
“En ese momento se notó que Maduro estaba bajando en las encuestas y tenían que cambiar la estrategia, pero no lo hicieron”, dijo el especialista, que criticó “haber abandonado el luto” por la muerte de Chávez, “haber querido crear una imagen acelerada” del candidato y no haber mantenido un discurso uniforme a lo largo de toda la campaña.
Maduro fue proclamado presidente de Venezuela y Capriles no reconoce la derrota
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