Ficha técnica de la exposición:
Título: “Naturaleza sutil”
Descripción: Exposición individual de pinturas de Annabel Overbury
Comisaria de la muestra: Conchi Álvarez
Fechas: 12 de julio-13 de septiembre 2013
Inauguración: 12 julio a las 21,00 horas.
Horario de visitas: lunes a viernes de 11,00-14,30 y de 17,00-18,30 horas
Sábados y domingos: 11,00-14,30 horas,
previa cita telefónica durante la semana (Tfno: 951318426).
La entrada es gratuita.
Lugar: Galería de Arte STOA en el Puerto de Estepona, junto al Opencor.
Edificio Puertosol, 1ª planta, Of. 24. El acceso ideal es por la
rampa lateral del edificio.
Web: www.stoagallery.com
Correo electrónico: info@stoagallery.com
GRUPO STOA EN LINKEDIN: STOA se ha constituido en grupo de debate abierto
para la puesta en común de ideas, diálogo, preguntas, etc., sobre Arte en
general.
NATURALEZA SUTIL
Es la segunda exposición individual en STOA de Annabel Overbury, artista
británica afincada en Estepona desde hace muchos años. La primera muestra
fue “Visiones personales…”, en 2008, constituyendo todo un éxito. El
paisaje íntimo y personalizado es uno de los géneros más destacados en la
producción artística de Annabel, al igual que sus delicadas flores. Ello no
es de extrañar, teniendo en cuenta su formación artística, muy británica en
el origen y, menos aún, al sumar su posterior fascinación por la luz
mediterránea. Si a ello añadimos su amor y compromiso vital con el
ecologismo y el entorno natural, tendremos un apunte bastante aproximado al
arte de Annabel.
La exposición se compone de 42 obras de mediano y pequeño formato con una
temática común, el paisaje y la naturaleza muerta de flores ya cortadas.
Predominan las acuarelas, la técnica predilecta de la artista, de la que
hace magistral uso, y una técnica mixta novedosa en la que es protagonista
el papel de seda. El soporte suele ser el papel, pero también los lienzos
de algodón y lino. Abundan los apuntes rápidos, estudios analíticos y
bocetos que podrían convertirse en obras de gran formato a futuro, o quedar
así, con esa soberbia frescura que tienen las aguadas.
El paisaje de Annabel debemos incardinarlo en la tradición “au plein air”
europea, ardiente defensora del ejercicio pictórico al aire libre. El
sistema de trabajo de la artista consiste precisamente en eso, en salir al
campo, elegir el panorama inspirador y, pacientemente, dejarse atrapar por
su hechizo, entrando en comunión con esa energía refrescante que refleja
toda su obra. Este ejercicio plenairista exige una aprehensión profunda de
todos los elementos, verdaderamente complejos en el caso de esta pintora,
pese a su aparente sencillez, pues su pintura transmite sones, ritmos y
compases en cada composición, así como rumores, cadencias y rimas de una
escritura subyacente, constituyendo, todo ello, una deliciosa partitura
vegetal. Desgranados los elementos que componen estas “óperas anabelianas”,
llega la fase sincrética, de compleja conceptualización, de establecer el
“menos es más” que tienen sus pinturas, sin perder por ello complitud.
Parte de ese proceso se realiza en el espacio monacal del estudio, un lugar
sagrado para cada artista, un sanctasanctórum en el que, alejado de las
miradas de los no iniciados, se produce la “sustanciación pictórica”, el
auténtico milagro de convertir pigmentos y aglutinantes en materia cuasi
divina en la que el oficiante, en este caso Anna, manipula acrílicos,
acuarelas, tintas, pigmentos tal cual, en lo que llamaríamos ” técnicas
mixtas annabelianas” en las que también está presente el papel de seda,
suavemente depositado, magistralmente yuxtapuesto, o finamente plegado y
arrugado, sobre el papel o el lienzo.
La suya no es una postura de denuncia violenta y contundente sobre la
degradación del medio, la suya es la bandera de la sutileza. Sin duda el
término sutil adquiere en la obra de Annabel todo su sentido. La naturaleza
que ella describe y exalta es, por un lado, delicada, tenue, cargada de
ternura, pero al mismo tiempo, aparece cubierta con una veladura de ingenio
que su mirada, a la vez aguda y perspicaz, tiene. Son paisajes que atrapan
por su lirismo, su ecologismo pictórico y el rumor del agua como motivo
central, pero son, también, verdaderos “poemas sinfónicos” en los que las
pinceladas interpretan una partitura en la que los elementos del paisaje son
seres antropomórficos que hablan, dialogan, cantan, bailan pero siempre
presididos por la serenidad, la hondura emocional y la elegancia que son un
reflejo de ella misma, verdaderos autorretratos del alma, pues hay mucho de
Annabel en estas armonías lumínicas.
Naturaleza sutil, exposición individual de pinturas de Annabel Overbury Anunciate GRATIS en nuestros clasificados
No hay comentarios:
Publicar un comentario