miércoles, 22 de enero de 2014

Los primeros muertos en Kiev agravan la crisis política en Ucrania

Las protestas y la tensión que se vive desde noviembre en la capital de Ucrania derivaron en una gran batalla campal entre policías y opositores, luego de que dos manifestantes se convirtieran en las primeras víctimas fatales desde el inicio de la crisis, informó la Fiscalía Nacional.


Al caer la noche, los servicios médicos del auto denominado Estado Mayor de la Resistencia, el órgano creado por los tres partidos opositores que lideran las manifestaciones, afirmaron que los muertos hoy en enfrentamientos con la policía ascendían a cinco y los heridos a 300, algo que no fue confirmado por las autoridades.


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Alimentando aún más el clima de confusión y temor que se vive en la ciudad desde el inicio de los enfrentamientos, el domingo pasado por la noche, la Fiscalía Nacional también anunció en un comunicado que durante esta madrugada 50 personas fueron brutalmente golpeadas en las calles de Kiev y tomadas como rehén.


En medio de los rumores de un inminente desalojo de la Plaza de la Independencia, donde se concentran los opositores desde fines de noviembre, la Fiscalía denunció que algunos de los secuestrados estarían en los edificios del Ayuntamiento de Kiev y la Casa de Sindicatos, actualmente ocupados por los manifestantes.


Tras la jornada de choques más violentos y pese a un frío extremo, unas 50.000 personas seguían concentradas esta noche en la Plaza de la Independencia como lo hacen desde que el presidente Viktor Yanukovich, un aliado de Rusia, decidió no firmar un pacto con la Unión Europea (UE) por presunta presión de Moscú.


“Quieren desalojar el Maidán (plaza), pero mañana, si Yanukovich no nos escucha, pasaremos al ataque”, exclamó desde la tribuna el ex campeón mundial de boxeo y uno de los principales líderes de la protesta, Vitali Klitschko, según informó la agencia de noticias EFE.


Unas horas antes, el presidente del partido UDAR (Golpe) junto a los líderes de la fuerza opositora Batkivschina, Arseni Yatseniuk, y del partido de la Libertad, Oleg Tiagnibok, se habían reunido, por primera vez desde que comenzaron las protestas, con el presidente ucraniano.


Según explicó Klitschko a la multitud, Yanukovich abrió la puerta a la renuncia del gobierno del primer ministro Nikolai Azarov, pero sólo si lo acepta su partido, el oficialista Partido de las Regiones.


El mandatario también le comunicó, según el ex boxeador, que era “posible negociar la retirada de las leyes” aprobadas en los últimos días por el oficialismo, que restringen el derecho a la protesta, la libertad de prensa y el presupuesto.


Finalmente, agregó, Yanukovich “dejó sin respuesta al pedido de convocatoria de elecciones (parlamentarias y presidenciales) anticipadas”, la principal demanda de la oposición que reclama la asunción de un nuevo gobierno que reanude las negociaciones con la UE y firme el tratado de asociación con el bloque.


Ante la decepción reinante en la plaza, Yatseniuk, otro de los tres líderes de la protesta, prometió que “mañana avanzaremos juntos” y pidió evitar nuevos choques con la policía, en un mensaje especialmente dirigido a los sectores más radicales que comenzaron a cuestionar la moderación del liderazgo opositor.


“Y si es una bala en la frente, entonces será una bala en la frente, pero lo será de una manera honesta, justa y valiente”, agregó el dirigente.


La ciudad estaba de vuelta en calma, pero las arengas que lanzaban los líderes opositores desde la tribuna instalada en la Plaza de la Independencia, las barricadas levantadas alrededor para evitar un nuevo avance de la policía y el despligue masivo de fuerzas de seguridad en las calles no auguraban horas tranquilas.


La violencia había estallado hoy por cuarto día seguido luego que la Fiscalía Nacional informara que dos opositores habían aparecido muertos durante la madrugada.


Según la versión oficial, un desconocido llamó a urgencias e informó que había un cadáver de un hombre en la biblioteca del Parlamento, ubicada en la calle Grushevski, junto a la sede del gobierno. El cuerpo tenía heridas de bala en la cabeza y el pecho.


En el lugar encontraron otro cuerpo con heridas de balas, y a continuación el gobierno informó que la policía no había utilizado balas de fuego en la represión de los últimos dos días.


La Fiscalía identificó a uno de los muertos como Sergei Nigoyan, un joven de 20 años, de origen armenio, que viajó desde la ciudad oriental de Dnipropetrovsk a principios de diciembre para sumarse a la protesta en la Plaza de la Independencia.


A poco de conocerse las dos muertes, las bombas molotov comenzaron a volar en la céntrica calle Grushevski y durante horas los sectores más radicales de los manifestantes enfrentaron a los cientos de policías que protegían la sede del gobierno y que respondieron con gases lacrimógenos y bombas de estruendo.


En al menos dos ocasiones los policías lograron avanzar sobre los manifestantes, destruyeron las barricadas, golpearon brutalmente a opositores e intentaron desalojar las inmediaciones de la plaza.


Sin embargo, al acercarse al epicentro de la protesta, las fuerzas de seguridad fueron recibidas por una lluvia de adoquines, bombas molotov y bengalas, informó EFE.


En medio de los enfrentamientos y el descontrol, el gobierno y la oposición se acusaron mutuamente de incitar a la violencia y, pese a la primera reunión cara a cara entre el mandatario y los líderes de la oposición, la tensión y el temor a nuevos brotes de violencia seguían dominando el centro de Kiev.



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